Dulce experiencia diabética

 

En la búsqueda de bajar de peso encontré un canal de You Tube llamado Metabolismo TV, que si bien muchas de las informaciones que presenta no tienen sustento científico (me gusta que los videos muestren los enlaces de sus fuentes y que estas sean de revistas científicas), sí, me pareció rescatable el consejo de hacerse un estudio particular de cómo trabaja el metabolismo de cada uno. Para ello proponía comprar un glucómetro, tomarse la glucosa en ayunas, anotarla, ver si está en rangos normales que son de 80 a 100 mg/dl, comer, anotar lo comido y 2 horas después volverse a medir y si los valores son parecidos es que ese alimento ha caído bien, y si la glucosa aumenta demasiado es que engorda.

Compré un glucómetro y empecé mi “estudio”, los rangos de glucosa en ayunas por lo general eran normales y poco a poco fui identificando los alimentos que la elevaban, pese a que nunca he sido de tener excesos con el alcohol, el tabaco y otras drogas, mi debilidad son los dulces: sabiendo que elevaban la glucosa, consumía panetones enteros en un solo día, un kilo de turrón de doña Pepa viendo un partido de fútbol, cajas enteras de chocolates, galletas, picarones y un gran etc. Por motivos de la pandemia se me acabaron las tiras reactivas para el glucómetro. Pasaron los meses y cuando por fin pude comprarlas, al reestrenar el glucómetro me llevé una dulce sorpresa: 200 mg/dl de glucosa –no, no puede ser seguramente es la calibración del aparato–. Volví a medirme contrasté con los otros integrantes de la familia. No había error, ¡volaba en glucosa!

De inmediato empecé un régimen de dieta baja en carbohidratos, 30 minutos diarios de bicicleta estacionaria con eventuales caminatas de 3 a 8 km. (tengo la costumbre de hablar por celular con amigas o amigos, costumbre a la que llamo “caminando y conversando”). Los valores de glucosa disminuyeron. En paralelo fui al hospital, me hicieron análisis de sangre y orina. Estaba en una etapa denominada prediabetes. Felizmente no había órganos dañados todavía. Estudiando la complejidad de esta silenciosa enfermedad, inventé una historia lógica para crearme un criterio y tomar decisiones prácticas a través del transcurso de la vida, la cual comparto:

Las células para poder vivir necesitan energía, esa energía se las da la glucosa que hay en sangre que proviene de la alimentación, en especial de los carbohidratos los cuales los hay simples como el azúcar común (sacarosa) y la harina de trigo, o complejos como los que tienen los cereales integrales, frutas y verduras. Pero la llave para que pueda entrar la glucosa a las células la tiene una hormona llamada insulina. La llave que tiene la insulina necesita unas puertas que tienen las células que vienen a ser los receptores de insulina. La diabetes se da o porque el cuerpo no produce la insulina (diabetes tipo 1) o porque la produce poco, o porque las puertas de ingreso (receptores) están cerradas y la llave que tiene la insulina no las puede abrir (diabetes tipo 2). Pero ¿por qué se cierran estas puertas? Porque hay alimentos procesados que dañan las cerraduras y éstos son las harinas procesadas y el azúcar (seamos claros no son los productos químicos que se utilizan para conservar los alimentos, los cuales fueron un gran avance de la química de alimentos). En 1981 el Dr. David Jenkins y sus colaboradores de la universidad de Toronto (Canadá) ideó el concepto de “Índice glucémico” donde cuantifica a los carbohidratos de acuerdo a su velocidad de asimilación o conversión de éstos en glucosa en la sangre siendo la glucosa químicamente pura el 100% de índice glucémico y los que no son carbohidratos como el agua 0% (en realidad no tienen índice glucémico, pero por razones prácticas demos un 0%).

Entonces los prediabéticos y diabéticos tenemos problemas ya sea con la producción de insulina o con los receptores, o las dos cosas. ¿Qué pasa si comemos carbohidratos con alto índice glucémico o en gran cantidad? La sangre se llena de glucosa que no puede entrar en la células, se hace un tráfico tremendo y este exceso  se guarda en forma de grasas que obstruyen las arterias y se guardan produciendo obesidad. Si las células no reciben la energía que necesitan para vivir empiezan a morir generando la necrosis o muerte de las zonas que se han quedado sin alimento, siendo muy común lamentablemente escuchar que a muchos diabéticos les amputan algunas extremidades pues no han realizado ni el ejercicio necesario, ni el control del consumo de carbohidratos (conteo de carbohidratos ayudado del índice glucémico).  

El hacer ejercicio diario regenera los receptores de insulina, la medicación q

ue nos recomiendan los médicos en etapas tempranas o prediabetes logran recuperar gran parte de los receptores de insulina. Es decir, si me dan una medicación no quiere decir que ya pueda comer indiscriminadamente cualquier alimento alto en carbohidratos (después salen los creadores de teorías conspirativas y les atribuyen a los medicamentos el agravamiento de la enfermedad).

Mi recomendación de toda esta experiencia, de preferencia es tener un glucómetro y una vez al mes hacerse un examen en ayunas, sino es así en las farmacias y laboratorios hacen el examen a bajo costo. De manera que se pueda detectar a tiempo cualquier anomalía como lo he hecho yo por curiosidad, puesto que la diabetes es una enfermedad silenciosa.

Enlaces relacionados

https://www.diabetes.org/espanol

https://www.fundaciondiabetes.org/

Conteo de carbohidratos, índices glucémicos de los alimentos:

https://drive.google.com/file/d/1C5L8BrbPTlsm9SVmT8bhMlycqkW5TaPC/view

https://drive.google.com/file/d/1ZPNYAowf5snhZtASwok3Dj9d79Lwuto3/view

https://drive.google.com/file/d/1m9fpAmv6o5VTyRqfOOmJCiZ1EjJJwLCH/view




 


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