Escuchando a seres de otros tiempos

 


La sesión empezaba a las cuatro de la tarde. Como siempre, unos llegamos agitados, pero puntuales –por lo general los que vivimos más lejos–, Aunque era bacán porque podíamos comentar los pormenores de la reunión anterior. Así, nos remontamos a épocas anteriores a la era actual, la importancia de Filipo II –padre nada menos que de Alejandro magno– en la reconstrucción de Macedonia, la formación de un ejército ordenado, sus intrigas,  utilizando el oro para sobornar a las autoridades de otros reinos, aumentando sus dominios. Cuando, por fin, atacó a la independiente Bizancio, estratégica para marchar sobre Atenas planificó atacar protegido por la noche, fracasando en el intento, al no contar con la aparición de la luna en cuarto creciente y su luz reveladora. Desde ese momento Bizancio rinde homenaje a la media luna y a la estrella del alba como si fueran dioses.

–¿Qué espíritu nos tocará hoy?

–Depende del maestro, debe tener los resultados de la encuesta.

–¿Quiénes eran alternativa?

–Carl Sagan, Arguedas, Bertrand Russell, otra vez Asimov, Dante, Stevenson o Ray Bradbury.   

Hicimos silencio a su llegada. Nos mostró en su celular los resultados de la encuesta.

–Hoy convocaremos al espíritu de Bertrand Russell, nos contará por qué no es cristiano.

Nos sentamos alrededor de la mesa, inhalamos profundamente sintiendo el aire de las ventanas abiertas de par en par, en contra de lo que siempre creí, para escuchar a los muertos no era necesario tomarse de las manos, ni cerrar los ojos, bastaba con estar atento, escuchar la voz del maestro y de vez en cuando comentar los mensajes de seres de otros tiempos cuyo ordenamiento carnal ya no está en este mundo.

–No se olviden de contestar la encuesta para la lectura de la próxima semana–nos pidió el maestro al término de la sesión.

(Imagen extraída de https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Visionarias-la-sorprendente-historia-de-las-mediums-feministas)

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Granja Humana

El secreto de las cartas inspiradas

Conchatel, su cooperativa de confianza