Mensaje secreto



Conversaba con un amigo y vecino que en su vida laboral fue controlador de tráfico aéreo. En la tertulia se presentaba un contrapunto de detalles técnicos del mundo de las telecomunicaciones, muchos de los cuales se me hacían familiares pues mi papá desarrolló su vida profesional en esa área trabajando en lo que fue Entel Perú.

Por otro lado, desde muy pequeño vivíamos en la ciudad de Trujillo y mi papá, aficionado al fútbol, no habiendo transmisiones televisivas de partidos como hoy en día, tenía que escuchar los partidos por onda corta, teniendo que captar radios limeñas como radio El sol, o América para saber las incidencias y comentarios en directo. Para ello instaló una antena muy peculiar: Tomó una varilla de fierro de construcción y la enterró verticalmente en el jardín. Unió un cable de cobre al extremo superior el cual lo unía a la entrada de la antena de la radiola. Me explicó que las ondas electromagnéticas no sólo viajan por la atmósfera, sino que también lo hacen por la tierra, así que aprovecharíamos el captarlas de allí para evitar instalaciones aéreas.

Para mí fue una maravilla pues aprovechando la onda corta no sólo podía escuchar las radios limeñas sino radios de todo el mundo. Así, escuchaba radios como: “Moscú para las américas”, desde la Unión Soviética, “La Voz de las Américas” de Estados Unidos, “Radio Habana Cuba” de Cuba, “Radio de las amazonas” del Ecuador, entre otras. Pero en el camino de búsqueda de estas radios se escuchaban ruidos extraños como silbidos, a veces repetitivos. En ese momento lo atribuía a ruidos infiltrados debido a la amplitud de la onda corta, pero ahora que mi amigo me explica, eran comunicaciones de los telégrafos en clave Morse. En aquella época, a los especialistas en descifrar los mensajes les bastaba con escuchar aquellas “melodías” para descifrar el mensaje oculto.

La conversación me trajo al recuerdo un viaje a San Pedro de Lloc para acompañar a realizar un trámite a un amigo. Trámite del cual yo iba a ser testigo. En esa época estaba muy enamorado de una chica de la universidad y se me partía el alma el no poder verla por unos días. Como demostración de cariño se me ocurrió ir a la ciudad vecina de Pacasmayo (darnos un atracón gastronómico con la buena comida a precios bajísimos) y enviarle a mi amada un mensaje telegráfico. Al llegar a las oficinas de correos y telégrafos me percato que para mi presupuesto de estudiante universitario sólo me alcanzaban para pocas letras. Así que envié un mensaje en clave: “T.Q.T.A.”. El empleado dijo que no era posible enviar un mensaje así, que tenían que ser palabras. Le expliqué que mi presupuesto no iba para más, pero el tipo insistió que por detalles técnicos no se podía enviar un mensaje así. No entendí los detalles técnicos, los cuales ahora entiendo: ¿qué melodía por onda corta podríase armar con mi mensaje en clave secreta? Al ver mi tristeza ante la falla de mi plan el empleado se apiadó: “dame tu mensaje, ya se me ocurrió un artificio, lo enviaré”.

Después de días, llegó el reencuentro con la amada y le pregunté si le había llegado el telegrama.

–Sí, me encantó -a la vez que me lo enseñaba.

Al verlo pude leer “Te quiero, te amo” entonces me pregunté: ¿Cómo el tipo pudo descifrar mi mensaje secreto?  
(Imagen extraída de: 
http://www.guiadelturistafriki.es/almacen-del-muncyt/dav-226/)

 

 


Comentarios

Edith ha dicho que…
Entretenida historia,no sabía que las ondas viajaban por tierra.
Me encantaba captar emisoras del extranjero, y disfrutar la variedad musical y cultural.

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