tag:blogger.com,1999:blog-45229071480689697522024-03-13T08:56:13.739-05:00Profundidades superficialesCiencia, literatura, amor, pasión, sensación, metafísica, sueños, comentarios, espiritualidad sin parcializarse en ninguna religión, sexualidad, misterio, filosofía en fin la vida misma desde la óptica de un ser humano común y especial a la vez.Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.comBlogger227125tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-69438927739038288172024-02-06T12:36:00.002-05:002024-02-06T12:36:43.433-05:00De cualquier malla sale un ratón<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghjiIa4hHNYQlh-OyKOej12hfIQt14100hX-cu5gUEYf-K43NmnOoTsC9TbyGZOjjek96rV4doNBcOH_Wy-ahjnPpfBDoJeV3EclBXSDw9Ea9JOlJPbKps_jlWcfVWEQbwZukspO1ABki7JsYQe8prnlZLU8P_etS1BofqhzjHRoyhvEhmVSChfr92ShWs/s839/Reflejo%20de%20Derrid%C3%A1%20en%20la%20hoja%20de%20la%20puerta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="839" data-original-width="839" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghjiIa4hHNYQlh-OyKOej12hfIQt14100hX-cu5gUEYf-K43NmnOoTsC9TbyGZOjjek96rV4doNBcOH_Wy-ahjnPpfBDoJeV3EclBXSDw9Ea9JOlJPbKps_jlWcfVWEQbwZukspO1ABki7JsYQe8prnlZLU8P_etS1BofqhzjHRoyhvEhmVSChfr92ShWs/s320/Reflejo%20de%20Derrid%C3%A1%20en%20la%20hoja%20de%20la%20puerta.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La gata con ese
orden que tienen los gatos a las 5 de la mañana nos recordó que el mundo está
vivo y no quiere perdérselo. Ella no entiende feriados ni días particulares. Yo
ya quisiera. La rutina siguió el curso, después de poner comida fresca a la
compañera felina, limpiar su baño, seguir con el aseo propio y eliminados los
desechos metabólicos más densos, me puse a ver los ingredientes para prepararme
el desayuno. Comprado el pan, recogido los potes vacíos de los gatos callejeros
(que sin frugalidad alguna dejan limpio sin rastro alguno que hubo comida allí
hace unas horas), pasado el café, picados los champiñones, la cebolla y el
tomate. Revuelto los huevos con sal y avena para darle cuerpo, freído todo,
nunca pensé que en minutos iba a pensar que era lo último que iba a comer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Abrí la hoja de
la puerta de entrada para que entre aire y la gata entre y salga a su gusto, prendí
el televisor para ver las noticias en algunos canales de YouTube –donde están
los mejores periodistas–, la gata se echó con frescura en la vereda de entrada
mirándome de cuando en cuando. Pese a ser siempre el mismo desayuno siempre me
sabe bien. En eso estaba cuando empezó el primer cohete –en época y hora donde
no hay cohetes, nadie celebra tan temprano–, la gata entró de inmediato
corriendo y se puso a llorar desde dentro, los cohetes tenían un sonido seco de
manera que alerté con un grito a los demás miembros de la familia «¡todos al
suelo, es bala!!!».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Apagué el
televisor y me tiré al suelo, me vi desprotegido ante las balas pues la mayor
área la ocupan la puerta y la ventana. Rampé hasta la cocina confundido sobre
de dónde provenían y a dónde iban las balas, pensaba con temor en los vecinos y
amigos que podrían estar en la calle expuestos. En eso estaba cuando aparece
una vecina desesperada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–Vecino, ¿puedo
entrar? ¡Hay balas!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–¡Por supuesto! ¡Entre
nomás! <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–Pero, ¡ábrame la
puerta!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–Ábrala usted
mismo, si la hoja está abierta de par de par –no me iba a atrever a pararme a
abrirle y volverme vulnerable a una bala perdida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–¡No puedo!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">–¡Tírese al suelo
por lo pronto! –le dije, ¿total?, la gatita había estado allí minutos antes. Se
puso a llorar, cuando apareció mi señora y con toda tranquilidad caminó hacia
la puerta y le abrió, mi vecina entró y se tiró al piso. En ese momento parece
que terminó la balacera. Me fastidió un poco la falta de precaución de mi
señora, pero ella explicó que escuchó perfectamente que las balas eran a la
espalda de la casa. Yo tuve la percepción que era al frente, en el parque.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Le dimos un vaso con
agua a la vecina para calmarle los nervios, puse música al azar, salió el Cheo
Feliciano cantando «El ratón», el coro decía: «¡De cualquier malla, sale un
ratón, oye!» y sí, de cualquier circunstancia rutinaria, se cuela una especial,
una emergencia, tenía razón el Cheo cuando escribió esa canción en 1963.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El origen de la
balacera –la primera y esperemos la última en la historia de la urbanización–
fue una disputa por la construcción de una etapa de una urbanización aledaña,
la policía capturó a 13 sujetos (todos nacionales, por eso probablemente la
noticia no se vendió en los medios por no pasar el filtro xenofóbico). En fin. Un
vaso de agua que ya pasó. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-20158121244298970492023-11-26T13:04:00.004-05:002023-11-26T13:04:52.753-05:00Arenas movedizas de información<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEie6bQqpSYLZPJJTh2VQsDhi8AmjxpPDAkM8FZm7e1p2sH8eUkpxiKjzfzz4qK-lpdmOP6MZyipg0Mqpatp55vNL8c6vkyHN54f4mr2CHBpv72nWAYcBy7ZG0HrSTMSJJmCSXZzAGzTyANuC_Sh6ONZ_Y04zSs5UhNI4E8EmHSTW7axHcFvbSI0N2HNxVW0" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="741" data-original-width="744" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEie6bQqpSYLZPJJTh2VQsDhi8AmjxpPDAkM8FZm7e1p2sH8eUkpxiKjzfzz4qK-lpdmOP6MZyipg0Mqpatp55vNL8c6vkyHN54f4mr2CHBpv72nWAYcBy7ZG0HrSTMSJJmCSXZzAGzTyANuC_Sh6ONZ_Y04zSs5UhNI4E8EmHSTW7axHcFvbSI0N2HNxVW0" width="241" /></a></div><p></p><p>Un amigo y excompañero en la facultad de química de la universidad de San Marcos, me llama para preguntarme sobre algún secreto para disolver en agua el lauril éter sulfato de sodio, más conocido por el nombre comercial de Basf como Texapon.</p><p>Recordé que ese problema ya lo tengo resuelto hace algunos años atrás, le expliqué el método, pero decidí fundamentar la explicación con el documento de donde saqué la información que no era más que la hoja técnica del producto. </p><p>Al hacer la búsqueda me di con la sorpresa que tal documento ya no era fácil de hallar. Proliferaba una hoja técnica simplona pero efectiva para la documentación que muchas veces se exige como complemento para respaldar normas de calidad. Casi todas las fábricas habían copiado aquella hoja técnica suficiente para la norma, para el protocolo formal, insuficiente para el curioso, para el que necesita trabajar con el producto o crear novedades.</p><p></p><p>La hoja técnica original, con valiosa información, había sido desplazada por la popular, corta y simple. Y así está sucediendo en todos los aspectos del conocimiento en las redes, lo popular, lo que la gente gusta escuchar, los mitos, predominan, sin contraste, ni verificación, sin corroboración práctica o científica. Suelo ser en los grupos el pincha globos que desmiente frases, creencias, pseudociencias, pseudohistorias, ya en más de un grupo me han calificado como contreras, porque mi curiosidad me hizo recorrer antes esos caminos y quiero compartir las fuentes para fundamentar, fuentes que cada vez están más sumergidas, más escondidas por la irrupción de las arenas movedizas de la falacia, lo incompleto, lo simple: el facilismo popular.</p><div><br /></div>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-85466192379473356602023-11-15T22:27:00.001-05:002023-11-15T22:27:57.891-05:00Los faites octogenarios<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjS2uPVMCnK1OtV91ckE9SyR5gk7PpjdDdP-DlCDdgt_ZjKA6RncHz5UFoqNYqQf1xiXnvg4k7DchxvBAHojOFpd3WBVPkeDMQ3eWTFQw3FLuJAm4OLj-fAThsN1hJ78usug0RfNQ6yPt058u35VNt4kPzsbBEPlZHI4KYQg0I-Uf7mTZJpGtUAc0GRY69X" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="603" data-original-width="886" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjS2uPVMCnK1OtV91ckE9SyR5gk7PpjdDdP-DlCDdgt_ZjKA6RncHz5UFoqNYqQf1xiXnvg4k7DchxvBAHojOFpd3WBVPkeDMQ3eWTFQw3FLuJAm4OLj-fAThsN1hJ78usug0RfNQ6yPt058u35VNt4kPzsbBEPlZHI4KYQg0I-Uf7mTZJpGtUAc0GRY69X" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Mi padre creció
desde finales de los 50 hasta mediados de la década del 60 en el distrito de La
Victoria en Lima, en el barrio de El Porvenir, cuenta que para poder sobrevivir
en ese ambiente tenía que pelearse continuamente. Todo empezó cuando iba a
comprar a la tienda y sufría constantes arrebatos de niños más grandes. Así,
con la asesoría y entrenamiento de mi abuelo Pío fue ganándose un lugar de
respeto en el barrio a punta de golpes y partidos de fútbol llegando hasta a
ganar el famoso torneo de fulbito llamado el “Mundialito”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Ahora con sus más
de 80 años suele sentarse a conversar en una banca en el parque Julio C. Tello en
la urbanización San Roque donde tiene su mancha de entrañables amigos a los que
clasifica en base a su edad sub 60, 70, 80 y 90 años. Al grupo le denominan “El
club de los pájaros caídos”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">La tranquilidad
del club se interrumpió cuando de un momento a otro aparecieron en el parque un
grupo de retirados de la Fuerza Aérea del Perú, entre ellos un –según mi papá–
belicoso octogenario al cual en el club le denominan de cariño “viejito de
mierda”. Quizá sea por la necesidad de llenarse de vida recordando viejos
tiempos, pero el belicoso le buscó bronca a mi papá. Lo retó. Cuando fui de
visita mi papá me contó los detalles previos a la gran pelea:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES"> –Pienso que será una bronca en cámara lenta,
el viejito de mierda no sabe con quién se está metiendo, con un derechazo lo
siento y listo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Me quedé con la
expectativa de cómo iba a terminar eso, cuando volví una semana después al
caminar por la calle la gente se cruzaba con nosotros y le decían a mi papá
medio en broma, medio en serio que era un abusivo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–¿Cuál abusivo?
Si él comenzó. ¡Él fue el que me retó!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Pero cómo fue la
bronca, cuenta pues papá.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–No sé si
llamarle bronca a eso, la cosa es que nos cuadramos mismo box, la verdad me
daba pena el viejito, aunque es un par de años menor que yo, está matadito, la
vida no lo ha tratado bien, y a esta edad un año es un montón, Así que me dije
“voy a hacer un amago nomás para ver como muestra su guardia” noté que se
cuadraba hasta las huevas, seguramente el fuerte de ellos es pilotear aviones
porque lo básico para pelear es no ponerse frontal sino de perfil para
disminuir el área de impacto, era notorio que el viejito no sabe pelear, seguro
que era puro avión.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Claro, como los
boxeadores de perfil.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Al momento que
hice la finta con la derecha el viejito de mierda retrocedió, se tropezó con el
sardinel y cayó al jardín, como no podía pararse, me acerqué y le ofrecí la
mano para levantarlo, el huevón trató de jalarme para que también me caiga, así
que lo solté, volvió a caer en el Grass, vinieron sus patas a levantarlo
diciendo que yo era un abusivo. Así terminó todo, ahora ya no buscan bronca. <o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">El viejito
belicoso desapareció un par de semanas, ya volvió al parque un poquito más
calmado. No sabemos si pedirá alguna vez la revancha. <o:p></o:p></span></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-47050571631769046772023-10-28T23:43:00.002-05:002023-10-28T23:53:01.071-05:00Tres historias felinas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDmarQNYrTbDU3nGcePiSWQa6oSK_1LwL2VwesTBzMG45hyXCFcDRPnUbge9lUbQwjEKGyk5xd_4873GpxE1nnHZH0r_Y9ygc2PjCbsL0qfk0NJ3XBOgAU0fC8xXLANurhRKQNRiEGmfZd6TSqxVPN2kINvW1q0jxprcH4geed-761Dh5aF7IkO2VMuX_M/s1600/La%20gata%20Derrid%C3%A1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDmarQNYrTbDU3nGcePiSWQa6oSK_1LwL2VwesTBzMG45hyXCFcDRPnUbge9lUbQwjEKGyk5xd_4873GpxE1nnHZH0r_Y9ygc2PjCbsL0qfk0NJ3XBOgAU0fC8xXLANurhRKQNRiEGmfZd6TSqxVPN2kINvW1q0jxprcH4geed-761Dh5aF7IkO2VMuX_M/s320/La%20gata%20Derrid%C3%A1.jpg" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p><p><b>Napoleón III</b></p><p>Corría el año 1986 y por costumbre los muchachos de la cuadra solíamos conversar en la reja fuera de casa en la urb. Salamanca en Ate, en medio de la tertulia apareció un gatito extremadamente flaco, de color blanco, empezó a maullarnos y entre los amigos estaba Nano, un estudiante de medicina veterinaria, al verlo diagnosticó:</p><p>–Pobrecito, está en un grado extremo de desnutrición, un mes más y se muere.</p><p>–Un momentito ¿y si le doy de comer?</p><p>–Igual, mira cómo se le ven las vértebras, así le des de comer, es irreversible.</p><p>Entonces entré a casa y le comenté a mi papá la situación, proponiéndole que ya que le queda un mes ¿por qué no hacer que ese mes coma bien? Yo no estaba en condiciones económicas como para poder financiar el proyecto, pero mi papá sí.</p><p>–Está bien, pero tenlo solo en el patio de afuera.</p><p>Le dimos leche (en aquella época no se sabía que el 80% de gatos son intolerantes a la lactosa, tampoco el pobre gatito estaba para exquisiteces), le pusimos a solicitud de Pepe, un amigo de la cuadra, Napoleón III respondía al nombre de Napo y en caso extremo al clásico Michi. Lo cierto es que, al mes, lejos de morirse engordó, lo bañamos (mi abuelo Pío que vivía al frente ideó un novedoso método para bañarlo con esponjas), Napo terminó acompañando las siestas de todos, nos acompañó hasta que nos mudamos, pasó a vivir con mi abuelo Pío, hasta que el gatito desapareció con la llegada del circo Norteamericano y sus leones el año 1988 junto con gran cantidad de mascotas del barrio, literal fue presa de los leones del circo.</p><p><b>La gata sin nombre</b> </p><p>Año 2002 trabajaba haciendo turnos rotativos en una fábrica que entre sus productos tiene una de las mejores arenas para gatos del mundo, y cuando estaba de amanecida me visitaba a la oficina una gata negra a quien al comienzo le brindaba un poco de agua y después le compraba croquetas las cuales comía con mucho gusto, alimento que tenía que cuidar pues uno de mis compañeros de trabajo gustaba degustar. </p><p>–Prueba, son ricas –me comentó ante mi sorpresa. Lo hice y efectivamente eran ricas las croquetas.</p><p>La gatita me acompañó hasta mi renuncia el 2006 pero ya era la engreída de toda la planta, el último día que estuve allí uno de mis compañeros y amigo, Santiago me dijo: </p><p>–No te preocupes por tu gatita, yo me encargo de alimentarla.</p><p>Y así fue hasta que un día me encontré con un excompañero de trabajo y me contó que los gatitos se habían multiplicado pero que todos estaban encantados con ellos, mas ocurrió el siguiente problema, un comprador grande quería comprar productos para la comunidad judía y estos exigían el certificado Kosher y para ello había que eliminar a todos los gatos para cuando llegue la inspección de un rabino. Me entristeció.</p><p>Cuando en el 2016 recibo la llamada de la jefa de laboratorio solicitando mis servicios por unos meses (que se convirtieron en casi 2 años) para que reemplace a una amiga que se había enfermado, así que sorpresivamente volví a trabajar en la planta.</p><p>En una amanecida caminando por los recovecos de la fábrica, escucho un maullido, era ella, la gatita negra ya ganada en años que no se había olvidado de mí, había sobrevivido a todos los vaivenes humanos, incluyendo las crueldades de los certificados Kosher. La cargué y le llevé nuevamente comida como en los viejos tiempos.</p><p><b>La gata Derridá</b></p><p> Verano del 2023, ventanas abiertas por el calor, empezó a meterse una gatita delgadita y pequeña, al comienzo la sacábamos, después se me partía el corazón sacarla y si estaba solo la dejaba que entre e investigue solo cuidaba que no se suba a camas o mesas. Le compré comida y la señora que me la vendió me comentó:</p><p>–Si le da de comer se va a quedar.</p><p>Mi señora me dijo:</p><p>–¿Por qué no la adoptas con todas las de la ley?</p><p>Y así fue, la bañamos, esterilizamos y alimentamos que ahora está grande robusta y hermosa, solo que para vacunarla le exigían unos análisis previos donde salió bien en su hemograma, pero tiene la presencia de un virus llamado VLF, virus de la leucemia felina, lamentablemente contagioso para otros felinos y afortunadamente no es contagioso para humanos u otras especies. Lo importante para que no se pronuncie la enfermedad, pues el virus pende como una espada de Damocles sobre ella, es que esté bien alimentada y sin estrés, consideraciones que felizmente tiene en casa donde es tratada como una reina, a tal punto que en casi 30 años de matrimonio nunca escuché por parte de mi esposa tantos tequieros hacia a mí como los que escucho le brinda a la gatita en apenas unos meses. Le puse Derridá en honor a un filósofo francés llamado Jacques Derrida (al nombre de la gata le puse la tilde para que en español suene igual que el original francés), este filósofo se caracteriza por utilizar un método para pensar situaciones llamado “deconstrucción” en sus trabajos filosóficos, un especialista en analizar los temas utilizando las construcciones lingüísticas para cuestionar su origen, deconstruirlos y dar nuevos alcances distintos a las creencias dadas comúnmente como irrefutables. Su último trabajo (publicación póstuma) trató sobre animales “El animal que luego estoy si(gui)endo”. parte de la famosa frase de Descartes “pienso luego existo”, quien con esa lógica ignoraba a los animales no humanos pues pensaba que no pensaban y por lo tanto era como que no existían. Los filósofos posteriores no se preocuparon por el tema de los animales no humanos hasta que llegó Derrida. Derrida deduce que los animales no solo piensan, sino que sienten, sufren no solo el dolor físico y placer, sino que tienen sentimientos sobre personas y otros animales (hasta muchas veces con mayor intensidad que el ser humano). Stephen Hawking, el físico tuvo la misma preocupación, así que convocó a un grupo de neurocientíficos para estudiar sobre el pensamiento y la conciencia en los animales humanos y no humanos. El 2012 este grupo de científicos elaboraron la “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Cambridge_sobre_la_Conciencia" target="_blank">Declaración de Cambridge sobre la conciencia</a>” donde concluyen que las diferencias cerebrales de animales no humanos y humanos están en el neocórtex y esto no influye en el pensamiento, conciencia y sentir de los animales mas sí en su capacidad de comunicación. </p><div><br /></div>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-78329670059608148032023-10-07T00:38:00.001-05:002023-10-07T00:39:12.689-05:00El cantante incomprendido<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQtLXw5XHZrwx-qJKexXA7sF4akatdWFNz_Bfqw1Z34x7Hg75TZf_110lwjE9srVR1IU2krOzntQr5MBTjyUSs-vUzuOI2AuOW29ecjCU4QNEPYKo1QAIilu2owmPnRW6nYRwxj3cNNCf1zkWnSTvQpNo8xLz2beNhyphenhyphenOr9BHcpA4Gi6mdo7O8wq_G-fVxM/s1075/juan%20cordero%20-%20portada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1066" data-original-width="1075" height="317" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQtLXw5XHZrwx-qJKexXA7sF4akatdWFNz_Bfqw1Z34x7Hg75TZf_110lwjE9srVR1IU2krOzntQr5MBTjyUSs-vUzuOI2AuOW29ecjCU4QNEPYKo1QAIilu2owmPnRW6nYRwxj3cNNCf1zkWnSTvQpNo8xLz2beNhyphenhyphenOr9BHcpA4Gi6mdo7O8wq_G-fVxM/s320/juan%20cordero%20-%20portada.jpg" width="320" /></a></div><div><br /></div><div>Era diciembre del año 1991, mi papá –quien trabajaba en Entel Perú– sabiendo de mis gustos por las peñas criollas y mi escasez económica, me obsequió para que vaya con mi pareja unas tarjetas para una fiesta criolla que incluía comida y bebida en el local de la comunidad de trabajadores.</div><div>El local quedaba en el parque Butters en Barranco y la fecha era poco antes de navidad.</div><div>El grupo musical estaba dirigido por el guitarrista Julián Jiménez más conocido como "Manos de oro" el saber esto con mi pareja de aquella época nos alegramos pues conocíamos las virtudes de este guitarrista porque lo habíamos disfrutado en el aniversario del distrito de San Borja acompañando a la grata revelación del momento, el cantante Jorge Luis Jasso.</div><div>El cierre del evento prometía porque era la despedida de un cantante —a quién todavía no habíamos escuchado —llamado Juan Cordero quien había obtenido nada menos que un jugoso contrato en Francia y cantaría diciéndole adiós a la patria que tuvo a bien verlo nacer. </div><div>—¡Damas y caballeros!, para coronar con broche de oro esta hermosa noche tengo el placer de presentar al joven y extraordinario cantante criollo Juan Cordero cuya despedida de estas tierras tenemos el lujo de disfrutar pues se nos va a tierras parisinas para dejar bien en alto el nombre del Perú.</div><div>Un estruendo de aplausos invadió el recinto, dejamos tragos y cubiertos por un instante para recibir de pie y con orgullo a nuestro vocalista principal. Este correspondió apareciendo con los brazos abiertos ataviado con frac, brillantes zapatos de charol, derrochando la elegancia que seguro hacía juego con su talento. Su agradecida blanca sonrisa de oreja a oreja contrastaba con su piel morena y con las penumbras de la noche barranquina. Agradeció y de inmediato se hizo el silencio para disfrutar su voz.</div><div>–Por eso al escuchar</div><div>la marinera, el vals,</div><div>la guitarra, el cajón,</div><div>siento como una voz</div><div>que me grita ¡Perú!</div><div>dentro del corazón.</div><div>Este vals</div><div>que en mi pecho ha nacido</div><div>es la prueba de mi gratitud.</div><div>y ponerle por nombre he querido.</div><div>¡Soy peruano !,</div><div>¡Que viva el Perú!</div><div>Empezó a capela y vaya que nos dejó impresionados. Su voz no solo melodiosa sino con potencia aguda y singular irradiaba un sentimiento que hacía erizar la piel, sorprendido observé el brazo de mi pareja y mostraba similar reacción.</div><div>De pronto, el conjunto musical guiado por manos de oro Julián Jiménez hizo una introducción para empezar formalmente el tema de acuerdo a la composición original. El cantante dominando la escena con todos los presentes en el bolsillo de su frac empezó nuevamente al término de la hermosa introducción de guitarra.</div><div>–Yo nací en una tierra lejana</div><div>pero llevo en mis venas el sol</div><div>que glorioso alumbró la mañana</div><div>que esta tierra mis ojos miró.</div><div>He crecido sintiendo el murmullo</div><div>de las aguas del río hablador…–de pronto el cantante paró–maestro por favor, súbame una nota—, Julián Jiménez lo miró y asintió. Empezaron de nuevo.</div><div>–Yo nací en una tierra lejana…, ¡maestro, por favor! –Julián Jiménez extrañado dio tres acordes como demostrando que había subido una nota. </div><div>–Ah okey –asintió Cordero. Empezó nuevamente la introducción.</div><div>—Yo nací en una tierra lejana…, maestro por favor yo quiero cantar en sostenido, un semitono más alto por favor. Volvieron a empezar. Cordero volvió a interrumpir el canto dando golpecitos sobre el estrado con su charolado pie derecho mientras su dedo índice mostraba una negación.</div><div>–Maestro disculpe, yo sé que primera vez que nos presentamos juntos, pero ¡ya pues, ya que no sale con un semitono, súbale medio tono más, hágame un doble sostenido! La próxima vengo con mi guitarrista –fue notorio que manos de oro estaba fastidiado, primero una risita irónica, después parecía que quería enviarle un guitarrazo al cantor. Por allí se escucharon pifias. Al siguiente arranque, que la verdad, para la mayoría, quienes no estamos en el mundo de la música, más la respetable cantidad de cerveza que habíamos degustado, no le veíamos la importancia de los tonos, sostenidos y demás, solo queríamos seguir disfrutando de aquella emoción del vals cantado con sentimiento. No sé de dónde salió volando la primera botella, pero fue el preludio de una lluvia de botellas que cayeron sobre el escenario, alcancé a ver correr al cantante y a manos de oro proteger su guitarra de todo fluido que caía. Después de los insultos del público, los pedidos de calma del presentador, volvió la calma al recinto. Pusieron música grabada y la gente empezó a bailar, aproveché para ir al baño y encontré a Cordero llorando, al verme me dijo:</div><div>–Estas bestias no saben comprender mi arte.</div><div>–Tranquilo maestro, la verdad que tanto a mi pareja como a mí se nos erizó la piel al escuchar su voz, mis respetos, seguro le irá muy bien en Francia. </div><div>–Gracias –me respondió. Seguía llorando, me di cuenta que la sinceridad de mis palabras no lograron calmar el tremendo colerón que resulto de la despedida de su querido país que no comprendía la perfección de su canto.</div><div><br /></div><div><br /></div><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-2759986648970399812023-08-12T03:07:00.006-05:002023-08-12T03:08:57.867-05:00Conchatel, su cooperativa de confianza<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJtpLRvtZq7rY1mGY5G7IrHCO3Kycq2L2jhWlzqnncyt2bcrittVaVdPjDhJpwF513A0PIVBJrDIPEq0I2RoT1k5jZujV7oUACsXjnodg8eguzmwPJGzYT08q4Yb6PAuaAP-0mfw9NQF-x98sf-kW33bY5w6WbpdV69ow-37Jnnz8KmAfHCuW4eHCK9K8y/s670/conchatel%20imagen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="670" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJtpLRvtZq7rY1mGY5G7IrHCO3Kycq2L2jhWlzqnncyt2bcrittVaVdPjDhJpwF513A0PIVBJrDIPEq0I2RoT1k5jZujV7oUACsXjnodg8eguzmwPJGzYT08q4Yb6PAuaAP-0mfw9NQF-x98sf-kW33bY5w6WbpdV69ow-37Jnnz8KmAfHCuW4eHCK9K8y/s320/conchatel%20imagen.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Llegó como todos los meses a la ventanilla de su cooperativa de ahorro y crédito de confianza, hoy denominada por el cariño de sus ahorristas Conchatel. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Buenas tardes, vengo a recoger los intereses de mi plazo fijo por favor.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Lamentablemente, por orden de la directiva usted está impedido de cobrar sus intereses.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—¿Y por qué estoy impedido?</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Porque en la magna asamblea de socios se ha tomado la decisión que todo aquel ahorrista que tiene plazo fijo tendrá que hacer un aporte obligatorio equivalente al 10% del monto ahorrado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—¿Perdón? ¿Cómo dice? Déjeme entenderle, pongo mi dinero aquí, ¿y ahora, yo tengo que pagar?</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Así es, le hemos enviado una carta notarial para que se dé por enterado. Al parecer todavía no le ha llegado. La buena noticia es que estamos dando facilidades para que lo pague en 10 cuotas mensuales —el tipo vio las cuentas, calculó rápidamente y le dio el monto mensual que tenía que pagar. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Un momentito, según el cálculo la cuota mensual es mayor a la de mis intereses. ¡¿De dónde voy a sacar ese dinero?! ¡Es el único plazo fijo donde el que deposita tiene que pagar a la entidad financiera! ¡Qué tal conchaza! </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Por favor, respetos guardan respetos. Si no tiene dinero pues tendrá que interrumpir su plazo fijo y de allí pagar su deuda.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Pero ¿cuál deuda? Si no he pedido préstamo alguno, más bien he depositado mi dinero aquí para ganar intereses. ¡Esto no se puede quedar así! ¡Esto amerita una denuncia!</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">—Bueno, haga lo que crea conveniente, en cualquier momento le llegará a su domicilio la carta notarial exigiendo formalmente el pago de su deuda.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Fastidiado se puso a analizar la situación, era una circunstancia nueva, llevaba ahorrando y renovando su plazo fijo desde el 2007 sin problemas, la situación cambió cuando la Superintendencia de banca y seguros (SBS) intervino la cooperativa porque había perdido su capital mínimo por una mala maniobra de la directiva, colocando a su vez el dinero en otra financiera que quebró. Para salir bien librados pidieron un aporte voluntario de emergencia a los socios equivalente al 50% del monto de sus plazos fijos de manera que se pueda salvar la institución. Hizo el cálculo y si lo hacía no le salía ni para los pasajes y el entremés que suele consumir cada que va a las ventanillas de la cooperativa. Muchos con capitales más grandes lo hicieron. Con esa estrategia la cooperativa consiguió levantar los motivos de la intervención, y la SBS la dio por finalizada. La cooperativa había tenido un desfase en el pago de intereses por los meses que duró el impase pero después se puso al día con los ahorristas. Hasta que llegó la asamblea donde han hecho esta novedosa jugada para sustraer obligatoriamente parte de los ahorros con el artificio del aporte obligatorio extraordinario.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">¿Es posible, legalmente hablando, que simplemente por acuerdo de asamblea se pueda cambiar con un ardid la condición del ahorrista? Lo lógico sería que de alguna manera las leyes eviten algo así. A la par de hacer las consultas en la Superintendencia de Banca y Seguros y la Defensoría financiera, empezó a revisar tanto los estatutos de la cooperativa, las leyes de cooperativas y sus modificaciones e incluso en su búsqueda encontró legislación de otros países donde por ejemplo en Colombia existe un límite de aporte obligatorio de 25 dólares por asociado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">En ese momento se percató de los vacíos legales existentes. Cuando hizo las consultas a la SBS se le pidió que primero haga el reclamo interno en el libro de reclamaciones y que una vez agotada esa vía, haga un reclamo a Indecopi. Así lo hizo, la cooperativa respondió evadiendo la denuncia del ardid simplemente recalcando que está bien avisado que tiene que hacer el aporte obligatorio, Indecopi le dijo que nada pueden hacer pues los acuerdos de asamblea están de acuerdo a los estatutos, que cuando termine el plazo fijo y quiera recuperar sus ahorros y sus aportes al retirarse de la cooperativa recién los busque. La defensoría financiera por su parte, le dio una relación de entidades donde ellos pueden intervenir y las cooperativas no están dentro de sus facultades. En términos coloquiales un peloteo. Lo que faltaba en el país, que el ahorrista que pone su dinero a plazo fijo en una financiera legalmente constituida con el fin de ganar intereses sea el que tenga que pagarle intereses a la financiera. Perú es un país de maravillas sin ninguna duda por efecto de la “brillantez” de sus políticos y los vacíos legales que generan. </div><div style="text-align: left;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><br />Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-22122493301154420882023-03-26T13:09:00.001-05:002023-03-26T13:09:09.936-05:00La candidata<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhZFRFxw5w65_5t_eNwpWevv3kPfORc9NayCVOyL5xYN7630oYZImISLt8DyWHry_zarTopwvLSH5YIKau2W9AKPfqIhe37Hme_wSfh7cTNVCg80g8SNISxGLf3f7TVG9QqXKF-icRtPl1bNdwrdcpZcytSCwHfbNXpL4yZC_43mf8G12f8bWMID_giNA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="740" data-original-width="740" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhZFRFxw5w65_5t_eNwpWevv3kPfORc9NayCVOyL5xYN7630oYZImISLt8DyWHry_zarTopwvLSH5YIKau2W9AKPfqIhe37Hme_wSfh7cTNVCg80g8SNISxGLf3f7TVG9QqXKF-icRtPl1bNdwrdcpZcytSCwHfbNXpL4yZC_43mf8G12f8bWMID_giNA" width="240" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Cuando después de
las elecciones veo que los candidatos derrotados empiezan a esgrimir quejas de
fraude, recuerdo a una vecina candidata al congreso que me pedía con
insistencia mi voto. Para ahorrarle energía le seguía la corriente y le dije
una frase clásica “que no se preocupe por mí”, indudablemente no iba a votar
por alguien cuya única propuesta proselitista era el ser mi vecina.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Después de las
elecciones del 2000 donde los observadores y auditores internacionales se
retiraron –igual como en los casos más actuales como Nicaragua y Venezuela-,
manifestando que no había garantía alguna en el proceso. Después de aquel
funesto 2000 las elecciones en el Perú se han dado con una transparencia nunca
vista a lo largo de su historia. Para mí es una maravilla no solo ir a votar
sino el poder ver por la página web de ONPE los resultados de mi mesa y de
cualquier mesa dentro del territorio nacional e internacional, el acta
escaneada, la firma de los miembros con suma transparencia sin tener otro privilegio
que el saber que existe el sistema y que cualquier ciudadano tiene acceso.
Sabiendo esto, la candidata en cuestión me pidió mi DNI para poder observar el
acta de mi mesa y ver los votos a su favor que por lo menos debía ser uno: el mío.
Se lo di. Cuando al día siguiente vio que en mi mesa no había ni un solo voto a
su favor me recriminó, allí fue cuando por única vez le conté la historia de mi
afición a estar atento al movimiento político del país y que la hora de votar
la esperaba con ansias para poder expresar mi acuerdo o desacuerdo a todo lo
visto en la política en todo el tiempo previo.<o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Creo que entendió
que la estimaba mucho pero que no iba a desperdiciar mi voto así sea mi vecina
o hasta mi amiga, no iba a perder mi vacilón. Si bien por un tiempo dejó de
hablarme –lo atribuyo a los cansancios propios de la campaña y a la tristeza de
no haber logrado el objetivo–. Ayer la vi y me saludó con el mejor maquillaje
que existe: una buena sonrisa. Hasta las próximas elecciones. Supongo.<o:p></o:p></span></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-27889034964202633972023-02-26T12:54:00.007-05:002023-02-26T13:10:01.804-05:00El sagrado Gato Negro<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwsUsU33xqCBffXqbF1rPG-sHwhY1zHP5edFF2s428-SrKvzml50-WvfYe-DB32OlW8q-2KeyP6fGO6yGiUG93tqm43JGGwRxpeZUJm6VX4NANlSPnH1eklrviutNWj4qrHBB_r-Li14lKrF0s5rp4QRf9yeizvop7lENWBdVksAQZSHQSO-az9ynJMQ/s535/gato%20negro%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="394" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwsUsU33xqCBffXqbF1rPG-sHwhY1zHP5edFF2s428-SrKvzml50-WvfYe-DB32OlW8q-2KeyP6fGO6yGiUG93tqm43JGGwRxpeZUJm6VX4NANlSPnH1eklrviutNWj4qrHBB_r-Li14lKrF0s5rp4QRf9yeizvop7lENWBdVksAQZSHQSO-az9ynJMQ/s320/gato%20negro%202.jpg" width="236" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"></p><p style="margin: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Era de noche en la ciudad de Chimbote y Hugo el sacristán estaba
enfrascado en una amena charla con dos de sus amigos del barrio. El matiz de la
tertulia era el vino de la tienda de doña Ágata que aburrida por la lentitud de
los bebedores callejeros y la escasa venta decidió cerrar ni bien llegó la
medianoche. </span><o:p></o:p></p>
<p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Cuando por fin se acabaron las dos cajas de vino—en tetra pack chileno—, se dieron con la
ingrata sorpresa que la tienda había cerrado. Ya sea por la cháchara o por la espiritualidad de la bebida, se dijeron "esto no se puede quedar así" y aguzaron el ingenio para encontrar una alternativa dentro de esta economía social de mercado en la que vivimos. </span></span><o:p></o:p></p>
<p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">—¡Ya sé muchachos! —inspirado el sacristán—, hacemos la chanchita para un litro más,
como yo tengo la llave de la parroquia vaciamos en una de las cajitas vacías el vino de misa y mañana temprano compro una caja y la repongo en la botella.</span></span></p><p style="margin: 0cm;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">Todos </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">celebraron la idea. Hasta yo, cuando Hugo tuvo a bien contarme la anécdota.</span></p><p style="margin: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">El plan salió de maravillas, en la misma panadería en la que compró el pan mañanero una
hora antes de la primera misa Hugo ya había comprado el vino y en los preparativos rituales, repuso el sagrado líquido. "Todavía sobró un poco" pensó Hugo.</span></span><o:p></o:p></p>
<p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Arrancó la primera liturgia y el cura después del clásico "esta es mi sangre…"
probó el vino convertido mágicamente en sangre pero era una sangre con resaca
de sábado.</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">Hugo se </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">sorprendió ante la mirada de reproche del cura y alcanzó a escuchar "es</span></p><p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Gato Negro, sacristán de mier…" junto a un poco apreciable eructo.</span></span></p><p style="margin: 0cm;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">—Parece que </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; white-space: pre-wrap;">el vino de misa es diferente, es más suave —me alcanzó a contar Hugo. </span></p><p style="margin: 0cm;"><o:p></o:p></p>
<p style="margin: 0cm;"><span style="white-space: pre-wrap;"><span style="color: black; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">(J. Atarama)</span></span><o:p></o:p></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-61893543698240497862023-01-22T12:48:00.000-05:002023-01-22T12:48:26.437-05:00El ahorrativo <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwrH48MuSpYIGUemf-6-IkWHZpvi67_EoGoFdkrPovuuWgDAEag2i_FJxsZvpODu3ZFkOZolvB6U6nbHxEeaCNvmDm78W1Ek62X6yvok1ZAfrf-htKTU43PrZnozyp9Mvi0WL9bahdEY2ehUoshzD1ihy8jpzY4py7K_FBGDmlQHG9TXXNCRjDOCs7VQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1280" data-original-width="855" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwrH48MuSpYIGUemf-6-IkWHZpvi67_EoGoFdkrPovuuWgDAEag2i_FJxsZvpODu3ZFkOZolvB6U6nbHxEeaCNvmDm78W1Ek62X6yvok1ZAfrf-htKTU43PrZnozyp9Mvi0WL9bahdEY2ehUoshzD1ihy8jpzY4py7K_FBGDmlQHG9TXXNCRjDOCs7VQ" width="160" /></a></div><br /><br /></div><div>Eran los noventa y la empresa donde trabajaba iba a renovar uno de sus vehículos: una camioneta Nissan pick up, ya había cumplido su tiempo de depreciación de manera que se organizó una subasta sin siquiera poner precio base. Consistía que todos los empleados de la firma podíamos ofrecer un monto en un sobre cerrado hasta una fecha límite, pasado esto se abrirían y el monto máximo se adjudicaba el bien.</div><div>Pero ¿sería rentable poner algo por ella? Todos estaban en la duda y quién más la manejaba, la llevaba a sus mantenimientos y sabía de mecánica automotriz era Manuel. Manuel tenía fama de ahorrativo al igual que yo. Siempre nos bromeábamos que él era el presidente del club de duros y yo el vicepresidente. En cuanto alguien daba alguna muestra de ahorratividad de inmediato le decía que le iba a alcanzar la ficha de inscripción al club, previo pago por derecho de admisión, el cual nunca era amortizado porque el susodicho en cuestión era más duro que los miembros de nuestra honorable sociedad.</div><div>Manuel por ser como es, estaba descartado a soltar un centavo por la camioneta así que era el adecuado para consultarle sobre la rentabilidad de la compra.</div><div>–Manuel, ¿cómo ves la camioneta?, ¿conviene o no conviene comprarla?</div><div>–Te explico, yo como estudié contabilidad manejo el tema de valor de depreciación, esa camioneta ya pasó su tiempo de vida, y lo que la empresa está haciendo es ahorrarse el costo de desecho –respondía así a todo aquel que le preguntase y le añadía miles de defectos más: palieres destrozados, suspensión pésima, necesitaría planchado y pintura, e incluso una bajada de motor. Ni hablar de las bombas de gasolina, frenos, y agua que estaban hechas un desastre.</div><div>Cuando llegó el día de abrir los sobres solo había uno. </div><div>Más de 30 años después, manejando mi auto, al parar en un semáforo me percato que la camioneta del costado era aquella, con Manuel en el volante. Me saludó sonriente, al dar el verde picó rebasándome con facilidad, ni siquiera quemó aceite y pensar que aquella máquina fiel apenas le costó cinco dólares.</div><div><br /></div><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-31371422731559375282023-01-17T16:02:00.000-05:002023-01-17T16:02:08.130-05:00La Paz sea con Farrah<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOFci5d4j5xwwPt_75nNFbBQgo8b1Hp4NMsP5ho_smc1sEgOBCAAPXGkfa4ZtbvsO2rth8_SbmjFg-NUEZt1YtFvcLQ0_6FhUO2dLNvKsKNVyATOJEa52s_AtRwRM06mVbrPtj0D7CVUIyhnjHPVtDN__WtexGFYM8sANu9tNFoGhCjjRymvkPjsa_yg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="311" data-original-width="414" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOFci5d4j5xwwPt_75nNFbBQgo8b1Hp4NMsP5ho_smc1sEgOBCAAPXGkfa4ZtbvsO2rth8_SbmjFg-NUEZt1YtFvcLQ0_6FhUO2dLNvKsKNVyATOJEa52s_AtRwRM06mVbrPtj0D7CVUIyhnjHPVtDN__WtexGFYM8sANu9tNFoGhCjjRymvkPjsa_yg" width="319" /></a></div><br /><p></p><p><span style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;">Para mí era igualita a Farrah Faucett. La vi pasar por la calle junto con sus amigas y me intrigó saber a dónde iba. Las seguí y descubrí que se iban a la misa de ocho. Me senté cerca de ella y esperaba el momento más importante del ritual: darse la paz. Los menos entendidos en esto dirán que es la consagración, la comunión y hasta el sermón. No. Para mí era el momento de la paz y todo el ritual me la pasaba imaginando tiempos mejores, largas conversaciones, una vida en común, en fin, compartir el amor con esta novísima Farrah Faucett de Ate. Cuando llegaba el ansiado momento la abrazaba con suma delicadeza y le daba un beso junto con el mejor gesto santificadamente ahuevado propio de aquel momento de paz y el diálogo semanal indispensable para vivir en aquel guión de la vida: </span><br style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;" /><span style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;">—La paz.</span><br style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;" /><span style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;">—La paz —me respondía con su inolvidable sonrisa. </span><br style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;" /><span style="background-color: white; color: #202124; font-family: Roboto, Arial, sans-serif; font-size: 16px; font-variant-ligatures: none; letter-spacing: 0.1px; white-space: pre-wrap;">Debido a mi religiosa asistencia se me ofreció cantar en el coro, leer los fragmentos bíblicos y hasta recolectar las limosnas. No acepté hasta que por algún motivo desapareció Farrah y no obtuve mayor consuelo a la tristeza de su ausencia que cantar, leer y recolectar limosnas en las misas de ocho de los domingos por la noche. </span></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-25709030467040047642023-01-10T11:53:00.001-05:002023-01-10T11:53:55.805-05:00Movistar y el arte contemporáneo en Ventanilla<div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjiBCUySqvpzpH1PuF-9TBFt1pywtsPQBUKmFp-faVvnk4FfeQTw_vUJwYJu4-lAwf4vlDFquuYryKt2bsP7ccYa8m1qHVixEHVdfVhKgJ0MvnrCPBPuOW7q0j-ssUy0BTAB4t_V_kPCajtBpSn_mdMGKATOTydYOIzqwXvJh4rvCkg3ASRPOxQlqNkTA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1201" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjiBCUySqvpzpH1PuF-9TBFt1pywtsPQBUKmFp-faVvnk4FfeQTw_vUJwYJu4-lAwf4vlDFquuYryKt2bsP7ccYa8m1qHVixEHVdfVhKgJ0MvnrCPBPuOW7q0j-ssUy0BTAB4t_V_kPCajtBpSn_mdMGKATOTydYOIzqwXvJh4rvCkg3ASRPOxQlqNkTA" width="320" /></a></div><br /><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4lisdWPUNBHKgjbcqoUFSGiel8l7HWYQeUTVgiYZVOQz4GCyqzDs0npac8EMVlNbdVgiialMFyWjXa-zIT4XzYjAsYKHNNFF5aDGMAAuUK5TfpqQbMD0_0gyD7hE27CbFeH84B7oSSwIIjV2JkSbDXjMDxCe1LIA_4ZIcK1SS7U0Zas73yQqihI_y3w" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1201" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4lisdWPUNBHKgjbcqoUFSGiel8l7HWYQeUTVgiYZVOQz4GCyqzDs0npac8EMVlNbdVgiialMFyWjXa-zIT4XzYjAsYKHNNFF5aDGMAAuUK5TfpqQbMD0_0gyD7hE27CbFeH84B7oSSwIIjV2JkSbDXjMDxCe1LIA_4ZIcK1SS7U0Zas73yQqihI_y3w" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiY4jjNd5FJLEZBeggmYBcfSvZgSek-HgpD02QDHnF7NDt5qaN7HUVE5x31XUlJXVEBvogQcsed1KbRSp_VdLtxFvNgbmau-K6CtgueYgJ88EgDdb99wLN7zQgI5HUt64nxY7yEdq81aBZUyyGk97wl5KWXIEaf-fpJkC4BI6kPcBoc1hv8W7VEeypGEg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1201" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiY4jjNd5FJLEZBeggmYBcfSvZgSek-HgpD02QDHnF7NDt5qaN7HUVE5x31XUlJXVEBvogQcsed1KbRSp_VdLtxFvNgbmau-K6CtgueYgJ88EgDdb99wLN7zQgI5HUt64nxY7yEdq81aBZUyyGk97wl5KWXIEaf-fpJkC4BI6kPcBoc1hv8W7VEeypGEg" width="320" /></a></div><br /><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"> De un momento a otro y casi por generación espontánea, con el anonimato de las creaciones divinas, apareció en la urbanización Pedro Cueva, en el distrito chalaco de Ventanilla donde tengo el placer de vivir la mayor parte del tiempo, una obra de arte contemporáneo que cruza una calle de forma transversal.<br />En mi ignorancia con respecto al arte no convencional al comienzo tomé fotografías, averigüé de qué operadora era ese cable que parecía descolgado de los postes e hice junto a vecinos cercanos a la obra un reclamo a Movistar, la municipalidad de Ventanilla, y Osiptel (regulador de las telecomunicaciones en el Perú), felizmente sin éxito alguno. Lo impresionante es que no solo es una expresión artística, sino utilitaria puesto que el cable utilizado transmite señales de internet convencional pues pese a las promesas de los operadores todavía no llega la fibra óptica a la urbanización.<br />Si quieren disfrutar de esta obra –que se perfila como un importante destino turístico–, a la cual podremos denominar arte no convencional comunitario, sin desdeñar los materiales originales brindados por la empresa Movistar y los seguramente permisos respectivos brindados por la municipalidad ventanillense, con artistas anónimos que contribuyen con dinamismo añadiendo un colgajo de sábila, un banderín de su equipo predilecto (el cual después es removido y reemplazado por un anónimo rival), una bolsita amarrada en ella, ya sea por motivación artística o por natural temor a que algún automovilista despistado choque, se tire abajo los postes ocurra un accidente que arruine la obra. Esta ya connotada obra la puede encontrar y visitar gratuitamente en la calle13 con el cruce de calle 11 en la urbanización Pedro Cueva, cuna del arte espontáneo ventanillense. Los esperamos.</span></div>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-82671866631059457522022-12-24T14:05:00.003-05:002022-12-24T15:19:26.088-05:00¿Por qué las navidades tienen un toque de tristeza?<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3jzgb5Jw07bLvv53daIFEabI7P4Nn30cXOoHzCbEL-CxOGkoF8OEIJPnGbIyw3N093wlcWQZRdbm5KmK5bxwh6dXnsEeLnDSeti2aKnk2FhLmU7bZtfxGAPy1cLO99ffdlxxm0f0k-ogpr7_rW6tb7Fj6zduf-MgjeeqgZa-RlVSb3Wuxp_45_6Tnw/s1500/navidad%20tristona.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3jzgb5Jw07bLvv53daIFEabI7P4Nn30cXOoHzCbEL-CxOGkoF8OEIJPnGbIyw3N093wlcWQZRdbm5KmK5bxwh6dXnsEeLnDSeti2aKnk2FhLmU7bZtfxGAPy1cLO99ffdlxxm0f0k-ogpr7_rW6tb7Fj6zduf-MgjeeqgZa-RlVSb3Wuxp_45_6Tnw/s320/navidad%20tristona.jpeg" width="213" /></a></div><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Llevando a lavar
el auto aquí en Ventanilla, Perú, me tocó la atención de un lavador venezolano que
cuando uno de sus compañeros (peruano) le hizo referencia de dónde iba a pasar
la navidad, el tipo rompió en llanto. Le dije que se tranquilice que es un día
cualquiera donde amanece y anochece, que todo depende del sentido que cada uno
le dé, pero no funcionó, el dolor que le traía la añoranza por su familia lejana
podía más, esto me llamó a reflexionar sobre el tema. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando pequeño
las navidades eran completamente alegres. La tradición era pasarla en Lima en
la casa de mis abuelos paternos, salvo uno que otro año excepcional que la
pasábamos en provincia. La nochebuena consistía en bañarse, ponerse ropa nueva
muchas veces confeccionada por mi abuela o por mi mamá y salir a la calle con
mi primo Lalo y los amigos de la cuadra a reventar cuetones, cuetecillos y
chispitas. Sin ningún remordimiento de conciencia pues la ignorancia no nos
hacía sospechar el daño que se les hacía a las mascotas, aparte que no había
tantas mascotas como lo hay hoy en el siglo XXI. Llegada las doce comíamos pavo
con ensalada de verduras, panetón y chocolate soportando con gusto el calor
para salir nuevamente satisfecho a seguir con mayor énfasis la quema de
pirotécnicos. Conforme fui creciendo me fui enterando el significado religioso
de la fiesta. No era Papá Noel y sus regalos, sino era el nacimiento del hijo
de Dios. Pero algunas cosas no me cuadraban y no me atrevía a preguntar: ¿por
qué mi mamá y mi abuela decían que para navidad había más robos? ¿Cómo Dios
podía permitir eso? El momento cumbre de mis dudas, fue una navidad en Trujillo,
cuando tendría 8 o 9 años y leía todo lo que me llegaba a las manos me
sorprendió leer en la página de policiales que ¡la gente moría también en
navidad! Recuerdo que había en las páginas del diario La Industria de Trujillo
un muerto por atropello por un irresponsable que había bebido demasiado, y un
asesinado en un atraco. ¿Cómo Dios podía permitir eso en el cumpleaños de su
hijo? Luego vino aquel poema de Valdelomar “El hermano ausente en la cena de
pascua”. Al primero que me atreví a preguntarle sobre estos temas fue a mi
abuelo piurano, al escucharme se sonrió y me dijo: “esas cosas pregúntale a tu
abuela”, me dejó la impresión que sabía la respuesta, pero no se atrevió. Ya
con los años la curiosidad me hizo redondear la historia –quizás la que mi
abuelo conocía–, la de una tradición inventada un poco más de mil años atrás,
la tristeza de navidad se puede explicar porque siempre en la vida habrá
ausencias incluyendo la de un Dios agazapado, ausente y quizás ni enterado de
la preciosa fecha que gran parte del mundo ha tenido a bien o a mal creer, a
bien porque es motivo de encuentros o a mal, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por ser motivo de resaltar ausencias que ninguna
entidad todopoderosa, buena, sobre humana sabe calmar. <o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-57948510019094055032022-12-10T09:22:00.002-05:002022-12-10T09:22:38.628-05:00Trabajando para Papá Noel <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxGF61J3BhujTAkE7pCE1HRI7eT2CAv1MH24tAl19k6yBHXg8t0ceXEpmRm0PD1V3mKSZHUnLndsZTgV4T2Vs48XjoCCHnnriBoVJMz8tsYkoVVJFMk_RLZqKkICyhwvSH6bC_Hhxa23HLlYQcQRT0TC4BoJZ6HxFgWkgsU3WdmA48bfibGD7-rVZQ9A/s1023/Don%20Augusto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="682" data-original-width="1023" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxGF61J3BhujTAkE7pCE1HRI7eT2CAv1MH24tAl19k6yBHXg8t0ceXEpmRm0PD1V3mKSZHUnLndsZTgV4T2Vs48XjoCCHnnriBoVJMz8tsYkoVVJFMk_RLZqKkICyhwvSH6bC_Hhxa23HLlYQcQRT0TC4BoJZ6HxFgWkgsU3WdmA48bfibGD7-rVZQ9A/s320/Don%20Augusto.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">A veces se
confunde a los que gastamos solo lo que tenemos como tacaños o devotos de la
virgen del puño. Popularmente se dice que hay un precepto hermético que
manifiesta que lo semejante atrae lo semejante, esto puede haber ocurrido
cuando hice sociedad con mi tocayo a quien conocí trabajando en una empresa
industrial. El negocio exigía uno que otro viaje al extranjero: primero al
Ecuador y posterior a Chile.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Haciendo un
balance de gastos en el viaje a tierras ecuatorianas, mi tocayo dedujo en base
a cálculos que, para el siguiente viaje a Santiago de Chile, podíamos hacer
unos ajustes al presupuesto y llegar a menor costo. Cuando me presentó su plan
no pude estar más de acuerdo. Obviamente viajamos por tierra pues disponíamos
de tiempo, nos proveímos para el viaje de Lima a Tacna con gran cantidad de
fruta, comimos hasta hartarnos y no gastamos prácticamente nada adicional en el
viaje, digo prácticamente debido a un mínimo gasto en alquiler de baños en el
terminal de Tacna puesto que la fruta pone en buen funcionamiento el sistema
digestivo. Ya en Chile, donde no se permite pasar fruta de un país a otro,
conseguimos un bus de Arica a Santiago con todo incluido y todavía paraba en
cada ciudad de manera que íbamos conociendo. Al llegar a Santiago, el balance
era tan positivo que creo quedándome en Lima hubiese gastado más dinero.
Visitamos comerciantes en Santiago haciendo contactos para nuestros productos,
comimos menús a bajo costo y bebimos su cerveza que me pareció riquísima por su
bajo precio. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todo estaba de
acuerdo a los cálculos de mi tocayo, incluso se superaban las expectativas
(había un tipo cambiario a nuestro favor al pasar a pesos chilenos no
contemplado), a tal punto que dimos nuestras vueltas a Valparaíso y Viña del
Mar incluyendo entrar a la Quinta Vergara donde se hace el festival de Viña
pues el cuidador del local nos permitió entrar y ver al “monstruo” vacío. Todo
iba bien hasta que en Santiago me afloró una gran idea: comer en el mercado.
Aquí en Perú en los mercados encuentras comida rica a bajo costo, ¿por qué en
Chile sería la excepción?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Preguntamos a un
carabinero cómo llegar desde la Moneda hasta el mercado central y este no solo
nos orientó, sino que nos hizo el comentario: “qué bien que vayan para allá,
van a comer rico”. Llegamos al mercado central, identificamos los restaurantes
y vimos un tipo con pinta de bonachón de barba blanca al cual enchapamos de
inmediato como Papá Noel, o en usos chilenos el Viejito pascuero. Papá Noel fue
muy amable, que en realidad se llamaba don Augusto, nos preguntó de qué país
veníamos, nos dijo que la comida que él preparaba era justamente peruana y nos
acomodó en una mesa. Comimos de lo mejor –valgan verdades–, pero empezamos a
entrar en pánico cuando en las paredes del restaurante habían escritos de comensales
famosos: Julio Iglesias, José Luis Rodriguez “el puma”, Bam bam Zamorano, entre
otros, fotos de papá Noel o don Augusto con aquellos. Cuando llegó la cuenta acompañada
con un jubiloso agradecimiento de papá Noel, cómo nos dolió que no sea solo una
pesadilla, la cuenta echaba por tierra todo nuestro trabajo de conservación de
capital. Pagamos y el silencio nos acompañó el resto del día. Papá Noel, el
viejito Pascuero, se llevó honestamente nuestro hasta ese momento bien cuidado
ahorro. Sin querer trabajamos para él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span>(Imagen extraída:
https://www.lacuarta.com/cronica/noticia/la-cuca-vs-don-augusto/40800/)</p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-75566360250303351862022-09-08T06:47:00.002-05:002022-09-08T06:54:37.776-05:00Los magos de la Pamplona<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWqlvk9LJqsU8HcU-1VFzeX0y2bYS8jPzK-rgBCGjjoMwViGbiDLgfnRxrpIbHyR_szEJqjC7dBMrMzkLYXZZR1H3jDQhR-UFk_7LszlOkddwdc0-2Bhi0Dq2Q8l3GH1ocYXhX7aT43-Rwq2TZSovOG2R4rb33UOtSq5HEGnDC-gXbcHj0GglKGIZxbA/s298/La%20Pamplona.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="157" data-original-width="298" height="157" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWqlvk9LJqsU8HcU-1VFzeX0y2bYS8jPzK-rgBCGjjoMwViGbiDLgfnRxrpIbHyR_szEJqjC7dBMrMzkLYXZZR1H3jDQhR-UFk_7LszlOkddwdc0-2Bhi0Dq2Q8l3GH1ocYXhX7aT43-Rwq2TZSovOG2R4rb33UOtSq5HEGnDC-gXbcHj0GglKGIZxbA/s1600/La%20Pamplona.jpg" width="298" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">A finales de la década
de los 80 en la urbanización aledaña a la ciudad universitaria de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde estudiaba ingeniería química,
apareció un nuevo paradero inicial de buses denominados por el cariño popular
como “el Pamplona”. Me cayó de perillas pues con un solo pasaje llegaba hasta
el puente Atocongo muy cerca a donde vivía. También en ese bus logré enamorarme
de una pasajera, estudiante también, así que los beneficios aumentaron con el
tiempo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Como era el
paradero inicial siempre lo tomábamos vacío y podíamos elegir cualquier asiento,
con esa ventaja nos las ingeniábamos para escoger uno que no nos exponga a
tener que ceder el asiento. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Observando a los
pasajeros, muchos ya se hacían conocidos por ser repetitivos, pero justamente
después que mi amiga se bajaba, frecuentemente subían dos tipos a los que llamé
“los magos”. Era sorprendente la habilidad para abrir carteras, mochilas,
extraer billeteras, sin ser descubiertos. ¡Qué cara habré puesto!, y con qué
concentración observaría el espectáculo, que uno de ellos me quedó mirando, me
guiñó el ojo y me hizo el ademán de silencio. Lo más increíble fue en una ocasión
cuando ya para bajarse uno de los magos observó a un niño de aproximadamente 12
años vestido con un buzo con bolsillos con cierre, este como último espectáculo
le abrió el bolsillo y vació su sencillito sin que el menor sospeche algo. Unos
magos los tipos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En aquella época,
paralelo a mis estudios había emprendido con un amigo estudiante de ingeniería
económica de la UNI un negocio de fabricación de jabones para lavar ropa
(fuimos los primeros en ponerle puntitos azules, y en sacar jabón de color
celeste), en la azotea de su casa en la urbanización Salamanca. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En el transcurso
de la semana cada uno vendía los jabones por su zona y entorno, y los fines de
semana los elaborábamos. Aquel sábado en el puente Atocongo tomé el bus para ir
a Salamanca con el dinero producto de la venta semanal en la billetera. Todo
bien, cuando a la altura del hipódromo de Monterrico veo a “los magos” subir, pese
a estar parado con calma decidí poner mi mano de manera constante sobre el
bolsillo palpando la billetera con suma atención, pensé “felizmente los
conozco, estoy a salvo, hombre prevenido vale por dos”, sonreí a mi buena
suerte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando bajé a la
altura del arco, respiré aliviado pues la máxima atención que le brindé a mi
bolsillo era desgastante.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al llegar a casa
de mi socio, quise sacar la billetera, pero para sorpresa no estaba, no me
explico en qué momento “desapareció”. Magos de mierda. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-66339977806854499722022-07-24T23:04:00.000-05:002022-07-24T23:04:18.320-05:00Los aretes<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgKQ2sk3UkX-ZYOfYNdulfgpuJ7vga0UrYOAlhVDgyGLozIYx9XEU-b00toImUpu2btWGbtylHatreJ4m5Mj8ANA6gULYM5wLffoTaPGD7716MnRHWMMIqIjGmhT4PHd4H0Ydf7t-YEIzrBUMnkyggFYNOp0SHn0foHz_OO_Ylny5GZSWORkgFoXnmavQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgKQ2sk3UkX-ZYOfYNdulfgpuJ7vga0UrYOAlhVDgyGLozIYx9XEU-b00toImUpu2btWGbtylHatreJ4m5Mj8ANA6gULYM5wLffoTaPGD7716MnRHWMMIqIjGmhT4PHd4H0Ydf7t-YEIzrBUMnkyggFYNOp0SHn0foHz_OO_Ylny5GZSWORkgFoXnmavQ" width="320" /></a></div><br /><br /></div><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">“Los aretes que
le faltan a la luna<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">los tengo
guardados para hacerte un collar,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">los hallé una
mañana en la bruma<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">cuando caminaba
junto al inmenso mar”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">José Dolores
Quiñones.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">El frío de
Santiago hacía inevitable disfrutar la calidez de un buen cigarrillo pese a las
advertencias de su médico, cada vez soportaba menos pasos sin agitarse, y los
accesos de tos cuando venían se hacían inacabables, pero esa sensación de tener
papas en la espalda contrario a los consejos se aliviaba con un cigarrillo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–En verano,
¿vamos a Viña? –ella quería vivir antologías con él, cuando se ponía fría y
racional, buscaba información, esas molestias tenían mala pinta, y su actitud
no era la de un luchador sino de abandonarse satisfecho de haber vivido a su
suerte disfrutando lo que queda al máximo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Tú pensando en
el verano y yo que me caigo a pedazos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Pero ¿por qué no
la luchas? ¿por qué te abandonas? ¿es que no quieres vivir más tiempo conmigo?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–No es eso, no es
que no te quiera, pero ¿no has visto cuánto cuesta el tratamiento? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Pero te lo
financian, te dan facilidades.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–¿Seguir viviendo
para después dedicarles la vida a esos hijos de puta?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Lo que quieren
es salvarte y tú no ayudas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–No voy a caer en
su jueguito, si llego iremos a Viña, la pasaremos inolvidable, pero no voy a
adeudarme de por vida, más bien reventemos mis ahorros hasta el final.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Pero él no podía
ni subir tres gradas sin ahogarse, y Santiago no era tan alto para ello, el aire
que baja denso por la cordillera le hacía sentir un frescor en los pulmones mas
el placer terminaba con la resequedad en la garganta y la tos que de inmediato
asomaba.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Eran dos seres
que la sociedad los había reciclado, ella llegó a Santiago desde el Perú y
consiguió un trabajo en una casa de reposo en Vitacura, se especializó en
cuidado de ancianos. Él, hijo de un emprendedor dueño de una reparadora de
calzado empezó a estudiar ingeniería comercial en la universidad, pero no pudo
pasar del segundo año por cuestiones de escaseces económicas en el negocio de
su padre. Pese al poco tiempo académico, gracias a su natural curiosidad en los
procesos comerciales. empezó a trabajar en una empresa de importaciones y fue
trasladado a Concepción donde se enamoró y casó. Estuvo 25 años trabajando
allí, pero algo pasó que volvió a Santiago y se enamoró de aquella peruana,
divorciada con una hija, pero con quien no quiso formalizar nada legalmente,
vivían separados y nunca quiso cometer el error de hacer vida en común con alguien
más, prefería una soledad matizada con compañía. La adoraba, confiaba en ella, pero
nunca quiso contarle el misterio de su vida en Concepción.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Fueron
relativamente felices, hicieron un par de viajes: uno a Buenos Aires y otro a
Foz Iguazú, lo pasaron muy bien hasta que el malestar pulmonar llegó a él.
Sentían que no quedaba tiempo, conscientes de ello quisieron sumar momentos
memorables. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Un día él le
obsequió un par de aretes, se los puso, pero en el momento de la intimidad se
los quitó con la boca, después de ello, la situación fue confusa pues
desaparecieron, él decía que se los vio puestos cuando se fue y ella decía que
los había olvidado en su casa. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Muchas veces se
encontraban en casa de él y ella llegaba cansada, pero con insomnio, él le
acariciaba la cabeza con unos golpecitos suaves de manera que pueda quedarse
dormida sin pastillas. Cuando él se puso mal llegó a acompañarlo su hermano, un
día ella se acerca a visitarlo después del trabajo y su hermano le da la
noticia que se sintió mal y que tuvo que internarlo de emergencia. Le pidió que
no se preocupe que la tendría al tanto de su evolución, intercambiaron números
telefónicos y chats virtuales. Al otro día escribió para saber cómo
evolucionaba y el mundo se le cayó cuando el hermano le comunicó que había
fallecido.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Las calles de
Santiago no eran completas sin él, caminar por la alameda, visitar la cuadra de
pitonisas, recorrer tiendas por Ahumada o ir al zoológico de la calle Pionono, resultó
insoportable así sea acompañada de amigos o de su propia hija. Se dio unas
vacaciones yendo a su natal Arequipa, ya en el barrio de sus padres en Alto Selva Alegre, se acostó pero no podía dormir,
y por esas cosas que pasan entre el sueño y la vigía lo sintió acariciándole la
cabeza con sus suaves y arrulladores golpecitos, ella sonrió relajada como si
la realidad no hubiese ocurrido, como si aquel frío fuera el de Santiago y no
el que venía del Misti. Antes de despertar feliz lo vio abriendo su cartera y
diciendo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">–Cálmate,
encontré tus aretes, te los dejo en tu cartera.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Al despertar,
allí los encontró, una energía envolvió su corazón, se los puso y rompió a
llorar.<o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><b><span lang="ES">Jorge Atarama
Sandoval, invierno 2022 <o:p></o:p></span></b></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-56295614853038065032022-04-07T10:25:00.005-05:002022-04-07T10:25:54.824-05:00El piña<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXWrdzFhSv17RP5oWggmJvNL4uI5KASL7ckJyBdxayRoS1fUOEMLQdcecPzOQ9s6b-6nBBwrUdE7nMxACFOskDjVTvabVSzceX6XxK7dY8ewBid9IyVjAgk_qL5IXRg8_c2Cw7Iem92hcg0kGSe0cyTnRl9U56jAi4v9MvSZvvh1hWtdgBCdemRxqBVQ/s337/el%20pi%C3%B1a.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="313" data-original-width="337" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXWrdzFhSv17RP5oWggmJvNL4uI5KASL7ckJyBdxayRoS1fUOEMLQdcecPzOQ9s6b-6nBBwrUdE7nMxACFOskDjVTvabVSzceX6XxK7dY8ewBid9IyVjAgk_qL5IXRg8_c2Cw7Iem92hcg0kGSe0cyTnRl9U56jAi4v9MvSZvvh1hWtdgBCdemRxqBVQ/s320/el%20pi%C3%B1a.JPG" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p class="MsoNormalCxSpFirst">Cuando el piña me dijo que quería acompañarme al
estadio al siguiente partido no sabía cómo decirle que no. Tampoco me lo quería
perder, pero no me la quería jugar, no estábamos para riesgos, el campeonato
estaba cerca.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">El piña era un piña comprobado, ¿por qué lo digo?
Acostumbrado a ir al estadio siguiendo al equipo para todos lados, un día el
piña –cuando todavía no era el piña–, me pidió acompañarme. No me hice de
rogar, el piña se sabía todos los cánticos de la barra y siempre ha tenido
temas interesantes de conversación.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">Ese día era contra un equipo de media tabla.
Estábamos de local, el triunfo era casi un simple trámite. El equipo de
nuestros amores salió con todo, el rival, sabiéndose inferior se tiró atrás
hizo un cerrojo y no sé si consecuencia del planteamiento pero nuestros
delanteros, ese preciso día, no estaban lúcidos. No embocaron una. Un
contragolpe nos mató. Perdimos. Así es el fútbol.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">El siguiente partido ganamos y el siguiente y el
siguiente. Hasta que el piña me dijo: “jugamos contra el colero, venimos en
racha. Te acompaño al estadio”. Y como con un dato no podemos tildar de piña a
nadie –la evidencia empírica está primero–, acepté ir al estadio nuevamente con
él. Fue mágico. Los efectos del balón se volvieron defectos. Nuestros jugadores
parecían con los chimpunes puestos al revés, y un furibundo remate lejano, sin
ningún peligro, una galletita para nuestro portero provoca un rebote, una
pelotera y gol del colero. Empecé a sospechar del piña. Para evitar cualquier
duda, yo mismo fui el que lo invitó al siguiente partido: era contra un equipo
de media tabla para abajo. Aquella derrota nos lo confirmó. Ese pata era piña.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Y ahora qué hago? –me dije. El piña quería ir.
Estimaba al piña, no podía romperle el entusiasmo –. No voy a poder ir al
estadio –se me ocurrió mentirle.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No te preocupes, si quieres lo vemos juntos por
televisión –me respondió.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Ah ya! ¡Bacán! –le volví a mentir, después pondría
cualquier pretexto, igual lo importante era tenerlo alejado de este partido,
que, si bien no era precisamente una final, pero era importante ganarlo para
mantener el primer lugar.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">Con la anticipación debida, fui a comprar mi
entrada, cuando salía de la boletería, siento la mirada del piña.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Mira te animaste a ir, yo también ya tengo mi
entrada, ¡vamos juntos como siempre! –y empezó a cantar uno de los cánticos de
nuestro querido equipo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">Aquella vez perdimos por goleada. Le dije en su
cara pelada con la piconería fresca: “tú eres el piña carajo”. Nunca más
volvimos a ir juntos al estadio. Después de un partido con Argentina en Lima,
lo encontré. Estaba ronco.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Estoy afónico porque fui ayer al estadio a
alentar a la selección.<o:p></o:p></p><p>
<span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Aquella vez perdimos. Ya
no me importó las tácticas de los equipos, ni tampoco la ausencia o presencia
de jugadores decisivos en ambos bandos. El hecho que haya ido el piña, lo
explicaba todo.</span></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-70638694542653300392022-03-05T11:20:00.001-05:002022-03-05T11:48:34.661-05:00Ni un paso atrás, la vida continúa<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiU3T0kDm87i2maQZ7dzfZEKRRuTgdriudX0U_MJKLhQ406Kpan3XMd4tRQ-DpEb6d4LvoUPMGLSqEnXM6QxKsZx6xzWa9SGE7zYJESnrK5RqghdVzwZT7ztdkgSZIG8gTTgzsTXpzTcdzrJckA1CSQ9Bu8v11bOMftGDiNvPU5dhGPH-YEs2K3rIBnlg=s626" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="417" data-original-width="626" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiU3T0kDm87i2maQZ7dzfZEKRRuTgdriudX0U_MJKLhQ406Kpan3XMd4tRQ-DpEb6d4LvoUPMGLSqEnXM6QxKsZx6xzWa9SGE7zYJESnrK5RqghdVzwZT7ztdkgSZIG8gTTgzsTXpzTcdzrJckA1CSQ9Bu8v11bOMftGDiNvPU5dhGPH-YEs2K3rIBnlg=s320" width="320" /></a></div><br /><p class="MsoNormalCxSpFirst">Una mañana rutinaria de primavera en una planta
industrial en el Callao. Ocupado con los análisis en el laboratorio de control
de calidad, yendo a planta a muestrear, analizar y comunicar. En esa frenética tarea
diaria, me acompaña una radio con la misma estación de ayer, con el mismo
locutor de ayer, los mismos chistes y las mismas canciones a las mismas horas.
Los aromas también son los mismos, del comedor cercano llegan olores a
fritangas y cafés junto con sonidos de murmullos de los comensales provenientes
del turno de amanecida y uno que otro que empieza el día tratando de animarse
comiendo. Pero hubo un ligero olor que reconocí al instante como amoniaco. De
inmediato me acerqué a la refrigeradora donde se guarda el hidróxido de amonio
y todo estaba sin novedad: el frasco reposaba ámbar y tranquilo conteniendo el
compuesto. Pero el olor amoniacal llegaba cada vez más intenso. Abrí la puerta
del laboratorio para ventilar y la intensidad aumentó. Recordé que la fábrica
vecina utiliza en sus procesos amoniaco. Miré por sobre la pared que
delimita las fábricas, salía una anómala y creciente nube de vapor que no creía
en límites y arrastrada por el viento del mar nos la acercaba más y más. Justo
llegó mi jefa. No era una jefa común y silvestre producto de una relación
laboral. Es una amiga de toda la vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Mira Carmen! Esa tremenda nube que viene hacia
aquí es vapor condensado producto del congelamiento por fuga de amoniaco –expliqué
condensando todo. El tiempo era vital. Ella de inmediato activó el número de
emergencia para evacuar. Pero la nube llegaba hacia nosotros. Ella corrió a su
escritorio sacó una máscara, un instante pensó en dármela, pero su instinto de
conservación hizo que se la ponga. Bajamos las escaleras y corrimos al igual
que todos hacia el portón de salida, ya no había oxígeno, en el camino pasamos
al lado de jardines frondosos y verdes que, de manera mágica, en segundos, cambiaban
a secos, marrones y polvorientos. ¿Nos alcanzará la fuerza y el oxígeno para llegar
al portón y poder recibir la brisa del mar? Quedaban alrededor de 50 metros.
Carmen descubrió que la máscara no servía de nada y la tiró en el camino,
intentó tomar aire, recordamos en fracciones de segundos las situaciones similares
vividas cuando tantas veces nos combatieron con bombas lacrimógenas por querer
un mundo justo en la universidad de San Marcos y en la vida (recordé otra
experiencia defendiendo el desalojo de un mercado, ¿ya estaba repasando mi vida por
el final inminente?), sabíamos que el cuerpo cerraba automáticamente la entrada
de aire, nos entrelazamos los brazos, ni un paso atrás, la vida continúa.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Logramos pasar el portón. Caímos al piso, pese a sentir
el soplo fresco que venía del mar, sabíamos que el cuerpo no daba el pase de
aire de inmediato. Empezamos a toser. Sonreímos. A lo lejos venían los bomberos, ambulancias y unidades móviles de televisión. <o:p></o:p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-64507062460881873882022-02-24T14:06:00.001-05:002022-02-25T23:43:09.991-05:00No era tóxica, ¡sabía toxicología!<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgCnRoc5djME01gZnczsYSZA20GjBNvywbrAUPlkxe1mJJcds3dL0Ca6MzUKMMH97GB0bgSZPs95jjdc_AHMl_aOm_-Ilv45zmwmQ13NqVbuwzbv5IakeysMu05tjQRKCKcPU5mmPcjbAHF6INJ4KJEM9ZxQpl9_XV0ve_-DMI9Nd2nxO07MULFsZd-Cg=s300" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="186" data-original-width="300" height="186" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgCnRoc5djME01gZnczsYSZA20GjBNvywbrAUPlkxe1mJJcds3dL0Ca6MzUKMMH97GB0bgSZPs95jjdc_AHMl_aOm_-Ilv45zmwmQ13NqVbuwzbv5IakeysMu05tjQRKCKcPU5mmPcjbAHF6INJ4KJEM9ZxQpl9_XV0ve_-DMI9Nd2nxO07MULFsZd-Cg" width="300" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ante la
pandemia por el virus SARS-COV-2 poco a poco mediante el resultado del trabajo
científico se va aprendiendo más, pero en ese ínterin empiezan a pulular por
redes gran cantidad de teorías conspirativas e inspiradoras soluciones mágicas sin ninguna evidencia ni la rigurosidad del método científico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">En ese
contexto apareció el dióxido de cloro como panacea, los que lo defendían
apelaban a una extraña lógica que confundía la limpieza de superficies con los
compuestos químicos que se utilizan como medicina. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Desde la
aparición del WhatsApp se han formado grupos de amigos de las más diversas
épocas de la vida: del colegio, la academia, el instituto, la universidad, los
trabajos, etc. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">En el
grupo de la universidad el debate estaba candente, por mi parte que con los
años me he vuelto escéptico en casi todo aspecto, me inclinaba por los que no
aceptaba (ni lo acepto) al dióxido de cloro como medicina. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Los dejé
discutiendo y me fui donde Wilfredo más conocido como Willy “el mecánico de
Jamaica” (Jamaica es una zona de Ventanilla camino a la playa). Justo encuentro
a Willy con otro cliente hablando de las bondades del dióxido de cloro para la
prevención de la infección del SARS-COV-2 y su enfermedad el COVID-19.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mientras
los escuchaba pensaba en cómo poder explicar con contundencia la confusión de
desinfección de superficies con el combate de infecciones virales o bacteriales
a nivel biológico. Entonces fue que sonó mi celular, era mi amiga y compañera
universitaria Evelin, me saludó con afecto, pero de inmediato con pasión y
vehemencia alzó la voz contándome indignada la discusión que estaba ocurriendo
en el grupo de WhatsApp. Su voz se escuchaba fuerte a tal punto que el mecánico
y su cliente entraron en silencio y me comentaron: “¡qué brava tu señora Jorge!”.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">–No es
mi señora, es una amiga que ha estudiado en su doctorado toxicología y está
indignada con los que creen en el dióxido de cloro –justo en ese momento Evelyn
empezó a explicarme el proceso que pasa un medicamento para ser aprobado, de
inmediato puse el altavoz–. Escuchen –les dije.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Y Evelin
dio una cátedra de toxicología, todos en la mecánica la escuchamos en silencio
y suma atención, la entendimos a la perfección y nunca más se volvió a hablar
en Jamaica sobre el dióxido de cloro como alternativa medicinal. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">–Disculpa
Jorge lo fuerte que hablo, sino que me indigno –me dijo Evelyn.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;">–No, más
bien gracias a tí, prácticamente me has dado una clase de toxicología –debí
decir nos has dado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cómo no la grabé. <o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-69006306058507630602022-02-18T11:14:00.000-05:002022-02-18T11:14:16.212-05:00¿Qué sienten los que duermen en cuidados intensivos?<p style="text-align: center;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAhcZc4_qNM0CuZOmnXMcJT5bXinDzGH3ofv6fe7wkV0neclFBqxEv9AoVN6hF0E-bALCtB2lvJVmYmBlLCh7sqAgG50W1nQs9MBGSf9ez7umx3hus5DkTFDTSSAq_vK3tyKhLx05LfQW3lVGfbGkM1lTq82f0E8jnMu0suJMZgzwqPf9MK0Xx26FSqw=s1317" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="192" data-original-width="1317" height="47" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAhcZc4_qNM0CuZOmnXMcJT5bXinDzGH3ofv6fe7wkV0neclFBqxEv9AoVN6hF0E-bALCtB2lvJVmYmBlLCh7sqAgG50W1nQs9MBGSf9ez7umx3hus5DkTFDTSSAq_vK3tyKhLx05LfQW3lVGfbGkM1lTq82f0E8jnMu0suJMZgzwqPf9MK0Xx26FSqw=s320" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormalCxSpFirst"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El verano
llegó a Ventanilla donde todo es sol y alegría. Después de 2 años de pandemia
por la infección que provocó el SARS-COV-2 por fin gracias a la vacunación
masiva, la fiesta en la playa volvería al distrito. Pero ocurrió lo impensado: la
empresa Repsol nos contaminó el mar con miles de barriles de petróleo. Ahora el
ventanillense tendrá que buscar otras opciones de playas más lejanas, quizás
por ello el especialista local en radiadores ardía no solo por el sol
inclemente sino por el trabajo sin pausa, el radiador de mi auto necesitaba su
auxilio urgente para que el motor pase fresco el verano<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">En un organizado canchón en la auxiliar de la
avenida Néstor Gambeta, entre la polvareda del viento marítimo casi fresco,
podemos encontrar diversos negocios automotrices: un lavadero de autos,
especialistas en frenos, suspensiones, planchadores, pintores y por supuesto a
Willy el “radiadólogo”. Habría que esperar, cuatro vehículos antes que el mío.
Provecho Willy. Pero en ese esperar se arma la tertulia: un antivacunas que
cuando confesó su ignorancia en asuntos médicos nos hizo tomar mayor distancia
–nos describió su consumo diario de cañazo (aguardiente de caña de azúcar) y
sus bondades, según él, preventivas del COVID 19 y también curativas de resacas.
Otro nos contaba como hacía negocio recolectando con su camioneta aceites
comestibles usados para después venderlos a las jaboneras, otro era
especialista en máquinas hidráulicas y soldadura con plata, discutíamos que por
el avance de los vehículos eléctricos el fin del uso de radiadores se veía
cerca, cosa que Willy y su ayudante negaban y reían confiados en que el cambio
será lento y que tendrán trabajo hasta por lo menos 10 años más. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Cuando por fin Willy “atacaba” mi radiador antiguo
y ponía un impecable radiador de aluminio, llegó don Luis, al parecer un
antiguo cliente pues se abrazaron con cariño y precaución de pandemia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Don Luis! ¡Qué pasó! ¡Más de un año! –le comentó
Willy.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Recién estoy recuperado, ¡casi me voy al otro
lado!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Qué pasó ¿COVID? –intervine.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Estuve en el Sabogal, un mes en UCI intubado, fue
antes que lleguen las vacunas. Recién he recuperado peso, entré con 93 kilos y
salí con 63, como un año de terapias y por fin ahora recién puedo empezar mi
vida normal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Dígame, ¿lo durmieron? –le pregunté.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡El doctor no me quería dormir! Decía que por mi
gordura era riesgoso porque tenía 88 de saturación, a lo mejor no despertaba.
Pero vi a los demás y ni cagando iba aguantar estar boca abajo con los tubos
despierto. Me la jugué.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Y dígame, ¿qué se siente? ¿sueña? –le hice la
pregunta que hace tiempo tenía como curiosidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí, se sueña todo el rato, pero el primer sueño
que tuve fue de lo más extraño.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Porqué? –indagué.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Porque parecía real. Primero estaba parado frente
a un tipo intubado, después me percaté que se parecía a mí, me acerqué y era
yo. Capté que era como si hubiera salido de mi cuerpo. Entonces caminé hacia la
salida del hospital, veía a los doctores y enfermeras chambeando con los
enfermos, caminé, salí del hospital, al frente del hospital era diferente había
un camino iluminado que me llevaba a un cerro. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Ah caramba –dije. Ya los demás estaban atentos al
relato de don Luis, Willy dejó de batallar en la instalación para escuchar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Luis siguió su relato: Fui caminando hacia el
cerro por el camino, en eso me crucé con un amigo del colegio, según lo que
recuerdo mi amigo había fallecido hace como 3 años, me saludó:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Luchito, ¿qué haces por aquí?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Estoy mal hermano, con esa enfermedad nueva.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Pero si estás mal, ¿para qué te vas pal cerro?
¡Regresa al hospital!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Tú crees? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Por supuesto!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Me despedí y di media vuelta de regreso al
hospital y me encontré con mis padres, que tampoco están hace tiempo en este
mundo, mi mamá se acercó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Hola, hijo! ¡Después de tiempo! ¿Cómo estás? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Mal mamá, estoy con esa enfermedad nueva.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Si estás mal, entonces regresa al hospital
inmediatamente, ¡anda! Danos un abrazo y anda –abracé a mis papás y seguí de
retorno. Ya en la puerta del hospital me encontré con un compañero del colegio
y mi hijo, ellos sí están vivos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Gallina ¿qué haces aquí? Regresa al hospital.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Hola mono, no estoy para juegos, estoy mal con la
enfermedad nueva –siempre jugábamos con los hinchajes de nuestros equipos de
fútbol.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Justamente papá –dijo mi hijo–, el monito ha
hecho una colecta con la gente de tu colegio y ahorita nos estamos yendo a
comprar algunas cosas que nos ha pedido el médico, creo que tú deberías entrar
al hospital –entré al hospital después que los vi subirse a un taxi, alcancé a
ver que era un Hyundai Elantra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Luis quedó en silencio como recordando más.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Interesante! Pero ¿tuvo más sueños?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí pero ya no tan reales, soñé casi todo el
tiempo que veraneaba en una isla paradisiaca, lo curioso que mi hija también
estuvo en UCI y soñó todo el rato que viajaba, lo que más recuerda es un viaje
a China.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Mi radiador ya estaba como nuevo, agradecí por la
reparación a Willy, a Luis por su interesante historia que me hizo despejar la
incógnita sobre qué era lo que sentía un paciente en UCI inducido al sueño.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Ah, lo último –dijo Luis antes que me vaya–,
cuando salí del hospital y hablé con mi hijo y mi amigo el mono, fue verdad lo
de la chanchita de la gente de mi colegio y que se subieron a un taxi Hyundai
Elantra para ir a comprar algunas cosas que necesitaba.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Todos nos quedamos admirados.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-71190772751306742292021-12-30T12:02:00.001-05:002021-12-30T12:02:16.604-05:00Las huellas de un maestro<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjA55F07atRZV3UrppdnqeyWcyd2RbgcFl3eWemIT7cljyK3Qq6ttG8C7bOtDw8ViWI2hxnbE6LKCWtff6iuvT_wi3WPpcMF5NslGSM_f5YJolXR36DJ6h8rzmpNiDCbNyHbKV-jxOl5it_7NR4ZTEii6LUKBt898B_cyr5ptK4Um4pLX9mLQDCVHxCXA=s1284" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="588" data-original-width="1284" height="147" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjA55F07atRZV3UrppdnqeyWcyd2RbgcFl3eWemIT7cljyK3Qq6ttG8C7bOtDw8ViWI2hxnbE6LKCWtff6iuvT_wi3WPpcMF5NslGSM_f5YJolXR36DJ6h8rzmpNiDCbNyHbKV-jxOl5it_7NR4ZTEii6LUKBt898B_cyr5ptK4Um4pLX9mLQDCVHxCXA=s320" width="320" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst">Recordaba las lecciones que me dejó, incluso con
precisión los años que me enseñó; 1978, 1979, en 5to y 6to grado de primaria en
el colegio Claretiano de Trujillo. ¿El curso? Ciencias histórico-sociales, pero
no recordaba su nombre. Pregunté a varios compañeros de clase y también recordaban
sus lecciones pero no su nombre, hasta que la memoria prodigiosa de mi amigo
Kike Tantaleán nos redescubrió el nombre hasta con los dos apellidos: Mario
Rojas Velezmoro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Gracias a él descubrí el placer de escribir, nos
dejó de tarea que cada uno de los 42 alumnos del salón tendríamos que
investigar con conocidos y familiares alguna historia, mito o leyenda,
escribirla (no necesariamente a máquina, podía ser a mano, pero con la mejor letra
posible), hacer 42 copias,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>así como
hacíamos con los cromos de los álbumes (el más popular de aquella época era el del
mundial Argentina 78) intercambiar copias y archivar en un folder de manera que
tendríamos al final una recopilación con 42 escritos. Así me enteré de diversas
historias como el mito del misterioso Naylamp, la espectral existencia de la
viuda negra que paraba a choferes solitarios en medio del desierto que rodeaba
la carretera Panamericana en el tramo de Virú hacia Trujillo. Recuerdo mi
primer escrito: “La tela de araña”, una historia que me contó mi papá sobre su
experiencia adolescente en un viaje a Olmos, ciudad norteña entre Chiclayo y
Piura, la historia se desarrollaba en una vieja casona de una tía que recién
enviudó. En la oscuridad de su habitación (en aquella época no había en las
casas fluido eléctrico), escuchaba una balbuceada voz que su mente interpretaba
como la de su difunto tío, el miedo lo corroía hasta que se dio cuenta que
coincidía con la brisa nocturna que chocaba con las gruesas telas de araña que
actuaban como una especie de reproductora de sonidos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">La siguiente lección que recuerdo, fue la comprensión
de las diversas partes de un periódico, nos pidió que examinemos los periódicos
y hagamos un folder donde peguemos los recortes de dos noticias por cada sección
que descubramos producto de estudiar los periódicos y hacer nuestra propia
edición. Para tener material llamé a mi abuelo Pío que vivía en Lima para que
me abastezca de revistas y diarios pues él –quien fue el que me contagió el
hábito de leer– siempre estaba al día con cada publicación tanto del diario El
comercio como de diversas revistas. A partir de allí recibía periódicamente
encomiendas de mi abuelo con revistas como Oiga, Caretas, Ovación, Don Sofo (de
Felipe Angell “Sofocleto”), y la genial revista Monos y Monadas fue así como supe
por medio de su obra de la existencia de uno de mis maestros de hoy, el genial
poeta Nicolás Yerovi. Esta última publicación me incentivó a leer más y para
poder entender la ironía de las caricaturas y artículos tenía que estar al día
de la realidad nacional e internacional. Pero no quedó allí, el profesor Mario
Rojas nos hizo crear nuestro propio periódico mural del cual tuve el honor de
ser el director. Ahora teníamos que coordinar las diversas secciones del
diario, escribir nuestros propios artículos y escoger cuáles serían publicados.
Una experiencia única.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">La tercera lección fue cuando ejercía un puesto
singular en mi salón: “brigadier de abastecimiento”, o más conocido como el
“brigadier de tizas”, mis funciones eran que nunca falten las tizas, borrar la pizarra,
llevar el esténcil para las impresiones en caso de algún comunicado o examen.
Terminada una clase y esperando la siguiente procedí a borrar la pizarra y no
recuerdo bien cuál fue el comentario de un compañero, que sentí ofendido, por
decirlo de alguna manera lo invité a acercarse a la pizarra y nos agarramos a
golpes. Enfrascados en aquello, hace su ingreso el profesor Mario y nos separa.
Lejos de castigarnos, marcarnos nuestro carnet de control y mandarnos a la
dirección, al escuchar que ambos gritábamos tratándole de explicar nuestras
razones nos dijo:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No me digan nada, jóvenes, vamos a hacer un
juicio, cada uno de ustedes escogerá un abogado, cada abogado hablará con sus
clientes, escogerá sus testigos, hará las preguntas incluyendo a los afectados,
dará su alegato final y terminado esto los jueces serán todos los alumnos
quienes votarán por quién tiene la razón, es una hermosa oportunidad para que
aprendan lo que es la justicia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Escogí como abogado a Jorge Reyes Gutierrez, él
era un fanático de la miniserie QB VII cuyo tema principal es un gran juicio,
no sé qué actividad o profesión habrá realizado Jorge con los años, mas siempre
lo imagino como un gran abogado litigante pues su defensa fue impecable. Se
lució y me hizo ganar ampliamente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Mario Rojas Velezmoro un maestro que me dejó
huella.<o:p></o:p></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-4934765566670998552021-12-24T12:11:00.004-05:002021-12-24T12:11:47.190-05:00¿Qué hacemos con los panetones?<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjXNpEqE7sEAqS6WeLoakwu8R9c2VNQN12sG0_q_Sinqbdf5yUXadETDMn176HlCpIDPic1CuAVmIsZ2YzFSWPzA_0CAGuWvQWtbpZ_MVKcXm7FNE7SvGzxY6MGW5UwF7O9Ybdrrha58ndnvCvS8BnbQf8TMehOmv0sxTz6OY9Jkn3foXq-y7TnKooYCg=s369" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="330" data-original-width="369" height="286" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjXNpEqE7sEAqS6WeLoakwu8R9c2VNQN12sG0_q_Sinqbdf5yUXadETDMn176HlCpIDPic1CuAVmIsZ2YzFSWPzA_0CAGuWvQWtbpZ_MVKcXm7FNE7SvGzxY6MGW5UwF7O9Ybdrrha58ndnvCvS8BnbQf8TMehOmv0sxTz6OY9Jkn3foXq-y7TnKooYCg=s320" width="320" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst"><b>Advertencia: esto es ficción cualquier parecido con
la realidad es solo casualidad.</b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Llegó temprano a la oficina como de costumbre,
pero ya la tarde anterior se había enterado: como nunca habían ordenado retirar
los panetones. ¿Qué dirá el jefe? ¿Se habrá enterado? Recordó la conversación
con Daniel –su jefe– hace tres meses.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Gómez! ¡No puede ser! ¡Tanto ha subido el costo
de los panetones! –Daniel sorprendido y contrariado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí, se ha incrementado 35%<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Para colmo tenemos nuevo gerente y quiere hacer
mérito, ¡no puedo darle esas cifras! <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Subió el dólar, la inestabilidad política, la
pandemia, la inflación…–Gómez lo tenía claro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Me crees cojudo? ¡Claro que sé todo eso! Pero
¡no podemos subir tanto nuestros precios! ¡El año pasado la competencia nos
ganó en precio y vendió más!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Pero esos son los costos que nos envían los de
planta ¿me busco otro proveedor?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí, averigua otro proveedor y amenaza con irnos,
no sé cómo haces Gómez, pero baja el precio por lo menos 5% con tanta
competencia no podemos subir tanto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Después de averiguar Gómez llegó donde Daniel con
malas noticias:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Jefe, todas las plantas están copadas y nuestro
proveedor dice que le demos la orden de compra dentro de 24 horas pues tienen
mucha demanda.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Se botan pa concha! ¡No sabes negociar carajo!
¡Mira y aprende! –tomó el celular y llamó al gerente del proveedor. Puso el
altavoz.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Aló? ¡Rafito! ¿Cómo estás hermano? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Hola Daniel ¡Qué gusto! ¿Cómo estás?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Aquí viendo los precios de los panetones, 35% más
es mucho pe hermano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Tienes que comprender Daniel que la inflación, la
crisis de los conteiners, el aumento del combustible, la inestabilidad
política, el precio del dólar ¡han hecho que todo suba! Y para colmo el
presidente no puede elaborar ni una frase que calme la cosa, ¿sabrá hablar?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Pero ¿no podemos hacer algo hermano? Mira que el
año pasado la competencia nos cagó con el precio, ¿cómo pudo sacarlo tan
barato?, ¿cómo hace?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Te voy a explicar con un ejemplo simple: si
quieres bajar el costo de la leche ¿qué haces? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Supongo que le meto agua.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Muy bien! Para el caso de los panetones y
algunos productos alimenticios como helados y galletas le agregamos aceite
vegetal hidrogenado mejor llamado grasas trans. Éstas aumentan la estabilidad
de los productos, dan más volumen, no alteran el sabor y son baratos, de manera
que nos bajan los costos manteniendo el sabor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Y esa vaina es sana? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No tanto, aumentan los triglicéridos y el colesterol
malo, pero no está prohibida todavía por acá, la idea es agregarle un poco más
y bajamos 10% de los costos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Pero ¿y si nos descubren?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Es poco probable, aquí nunca analizan nada, hay
que aprovechar pues la tendencia es que se prohíba, fijo que en un par de años
estará prohibido su uso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Pero ¿y no le afecta al consumidor?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Nadie come tanto como para que le afecte, así que
si quieres te preparo así, y te bajo 10% del precio. ¿Me pones la orden de
compra? Tenemos en cola varios clientes potenciales<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Okey hermano, no hay otra, nos vemos muchas
gracias –Rafa cortó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast">–¿Vistes Gómez? ¡Así es como se negocia! ¡Aprende pe!
¡Toda la vida no voy a hacer tu chamba! –Gómez se quedó pensando: “una más para
mi libro”.<o:p></o:p></p>
<h1>2<o:p></o:p></h1>
<p class="MsoNormalCxSpFirst">Mientras, en la Oficina Nacional de Protección al
consumidor se estrenaba nuevo jefe, las críticas llegaban de todos lados y eran
coincidentes: “el cargo le quedaba grande”. Llamó al jefe del partido un
reconocido médico provinciano, ex presidente regional y sentenciado por corrupción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Buenos días doctor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Buenos días, antes que nada, quiero felicitarte
por tu merecido cargo, los parabienes en tu gestión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Gracias doctor, pero ¿ha visto como me dan con
palo en todos los medios?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No te preocupes, más bien quiero alcanzarte una
idea que te va a traer puntos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Bienvenida la idea doctor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Mira, la empresa que apoyó a la candidata rival
es la que produce la mayor cantidad de grasas trans en forma de mantecas
industriales, les fregamos el negocio si te haces un análisis de cantidad de
grasas trans en los productos, en especial los panetones, fijo que nos vamos a
llevar sorpresas y para el próximo año van a bajar sus ventas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Doctor, ¿y qué es eso de grasas trans? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast">–No creo que entiendas si te explico, tu solo
implementa la campaña de análisis con tus técnicos. No pienses mucho, tú no
eres para eso, has lo que te digo nomás y verás.<o:p></o:p></p>
<h1>3<o:p></o:p></h1>
<p class="MsoNormalCxSpFirst">Gómez se acercó con miedo a la oficina del jefe.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Hola Gómez, ¡nos cagaron! Supongo que ya te
enteraste.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí jefe. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos con los
panetones?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Y para colmo ni mencionan a la competencia.
Bueno, bueno, llámate a Rafa y pídele que te mande unas diez cajas de panetones
de baja cantidad de grasas trans, embolsadas con nuestra marca por supuesto,
después los mandas a analizar a unos tres laboratorios, con los resultados
hacemos un comunicado y metemos presión en los medios, ¡tenemos que salvar el
año!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Pasaron los días y Gómez recibe los resultados de
los análisis, los lee. Se alegró. De inmediato va donde el jefe Daniel.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Buenas noticias jefe!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Sí, los cagaron también a los de la competencia,
pero eso no nos salva el año Gómez, ¡mal de muchos consuelo de tontos!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No me refería a eso jefe, llegaron los resultados
de los laboratorios. ¡Los panetones tienen prácticamente cero de grasas trans!
–el jefe lejos de alegrarse puso una mano en la frente y puso la cara como si
sintiese un dolor –¿Qué pasó jefe?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Ese Rafa es un huevón, ¿cómo se le ocurre
mandarnos panetones sin grasas trans? O sea que de estar por encima del límite
máximo ahora pasamos a cero, ¿quién lo va a creer?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Gómez pensó que tenía una más para su libro, salió
de la oficina del jefe, no soportaba verlo llorar.<o:p></o:p></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-11043866757370960642021-12-20T15:04:00.000-05:002021-12-20T15:04:01.436-05:00Dulce experiencia diabética<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgQVca2NlNOIjPui-btVdw2nlrjTcTRDFJ522JH3JdsN-x0uV3v7UcG0OhvLwIdIlFNdXMJZtLjHLJW0g_peb_APw7CtyToS_IBdBETVy0al7yg45H-NU1e1KukNMhY29NfhNpQxRdtdUjPt96ICjEgFeMUEyehuVJnLhRc13dWksdNabJ0KDmBD0QMVw=s1600" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1201" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgQVca2NlNOIjPui-btVdw2nlrjTcTRDFJ522JH3JdsN-x0uV3v7UcG0OhvLwIdIlFNdXMJZtLjHLJW0g_peb_APw7CtyToS_IBdBETVy0al7yg45H-NU1e1KukNMhY29NfhNpQxRdtdUjPt96ICjEgFeMUEyehuVJnLhRc13dWksdNabJ0KDmBD0QMVw=s320" width="320" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst">En la búsqueda de bajar de peso encontré un canal
de You Tube llamado Metabolismo TV, que si bien muchas de las informaciones que
presenta no tienen sustento científico (me gusta que los videos muestren los
enlaces de sus fuentes y que estas sean de revistas científicas), sí, me
pareció rescatable el consejo de hacerse un estudio particular de cómo trabaja
el metabolismo de cada uno. Para ello proponía comprar un glucómetro, tomarse
la glucosa en ayunas, anotarla, ver si está en rangos normales que son de 80 a
100 mg/dl, comer, anotar lo comido y 2 horas después volverse a medir y si los
valores son parecidos es que ese alimento ha caído bien, y si la glucosa
aumenta demasiado es que engorda.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Compré un glucómetro y empecé mi “estudio”, los rangos
de glucosa en ayunas por lo general eran normales y poco a poco fui
identificando los alimentos que la elevaban, pese a que nunca he sido de tener
excesos con el alcohol, el tabaco y otras drogas, mi debilidad son los dulces: sabiendo
que elevaban la glucosa, consumía panetones enteros en un solo día, un kilo de
turrón de doña Pepa viendo un partido de fútbol, cajas enteras de chocolates,
galletas, picarones y un gran etc. Por motivos de la pandemia se me acabaron
las tiras reactivas para el glucómetro. Pasaron los meses y cuando por fin pude
comprarlas, al reestrenar el glucómetro me llevé una dulce sorpresa: 200 mg/dl
de glucosa –no, no puede ser seguramente es la calibración del aparato–. Volví
a medirme contrasté con los otros integrantes de la familia. No había error,
¡volaba en glucosa!<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjW9mZIB2USPRGtIJ2MbjTpNDpuDIEIMQcj9tRhiJTE1EX_0brAlmDhZ1Zv4z_x_4qZekFH2FMogMtx8NzIUFDGEKHfkeD-rhPBWfqDPJ-VX9fLE3zI9yXGIAU14gZll2WhPm2EbdL7YzSd2lKansYTDh-OM2nYZZkkRuEwpVxasZk2BEid5KpRGkStsw=s672" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="252" data-original-width="672" height="120" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjW9mZIB2USPRGtIJ2MbjTpNDpuDIEIMQcj9tRhiJTE1EX_0brAlmDhZ1Zv4z_x_4qZekFH2FMogMtx8NzIUFDGEKHfkeD-rhPBWfqDPJ-VX9fLE3zI9yXGIAU14gZll2WhPm2EbdL7YzSd2lKansYTDh-OM2nYZZkkRuEwpVxasZk2BEid5KpRGkStsw=s320" width="320" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpMiddle">De inmediato empecé un régimen de dieta baja en
carbohidratos, 30 minutos diarios de bicicleta estacionaria con eventuales
caminatas de 3 a 8 km. (tengo la costumbre de hablar por celular con amigas o
amigos, costumbre a la que llamo “caminando y conversando”). Los valores de
glucosa disminuyeron. En paralelo fui al hospital, me hicieron análisis de
sangre y orina. Estaba en una etapa denominada prediabetes. Felizmente no había
órganos dañados todavía. Estudiando la complejidad de esta silenciosa enfermedad,
inventé una historia lógica para crearme un criterio y tomar decisiones
prácticas a través del transcurso de la vida, la cual comparto:</p><p class="MsoNormalCxSpMiddle"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Las células para poder vivir necesitan energía,
esa energía se las da la glucosa que hay en sangre que proviene de la
alimentación, en especial de los carbohidratos los cuales los hay simples como
el azúcar común (sacarosa) y la harina de trigo, o complejos como los que
tienen los cereales integrales, frutas y verduras. Pero la llave para que pueda
entrar la glucosa a las células la tiene una hormona llamada insulina. La llave
que tiene la insulina necesita unas puertas que tienen las células que vienen a
ser los receptores de insulina. La diabetes se da o porque el cuerpo no produce
la insulina (diabetes tipo 1) o porque la produce poco, o porque las puertas de
ingreso (receptores) están cerradas y la llave que tiene la insulina no las
puede abrir (diabetes tipo 2). Pero ¿por qué se cierran estas puertas? Porque
hay alimentos procesados que dañan las cerraduras y éstos son las harinas
procesadas y el azúcar (seamos claros no son los productos químicos que se
utilizan para conservar los alimentos, los cuales fueron un gran avance de la
química de alimentos). En 1981 el Dr. David Jenkins y sus colaboradores de la
universidad de Toronto (Canadá) ideó el concepto de “Índice glucémico” donde
cuantifica a los carbohidratos de acuerdo a su velocidad de asimilación o
conversión de éstos en glucosa en la sangre siendo la glucosa químicamente pura
el 100% de índice glucémico y los que no son carbohidratos como el agua 0% (en
realidad no tienen índice glucémico, pero por razones prácticas demos un 0%).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Entonces los prediabéticos y diabéticos tenemos
problemas ya sea con la producción de insulina o con los receptores, o las dos
cosas. ¿Qué pasa si comemos carbohidratos con alto índice glucémico o en gran
cantidad? La sangre se llena de glucosa que no puede entrar en la células, se
hace un tráfico tremendo y este exceso <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se guarda en forma de grasas que obstruyen las
arterias y se guardan produciendo obesidad. Si las células no reciben la
energía que necesitan para vivir empiezan a morir generando la necrosis o
muerte de las zonas que se han quedado sin alimento, siendo muy común
lamentablemente escuchar que a muchos diabéticos les amputan algunas
extremidades pues no han realizado ni el ejercicio necesario, ni el control del
consumo de carbohidratos (conteo de carbohidratos ayudado del índice glucémico).
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">El hacer ejercicio diario regenera los receptores
de insulina, la medicación q<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">ue nos recomiendan los médicos en etapas tempranas
o prediabetes logran recuperar gran parte de los receptores de insulina. Es
decir, si me dan una medicación no quiere decir que ya pueda comer
indiscriminadamente cualquier alimento alto en carbohidratos (después salen los
creadores de teorías conspirativas y les atribuyen a los medicamentos el
agravamiento de la enfermedad). <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Mi recomendación de toda esta experiencia, de
preferencia es tener un glucómetro y una vez al mes hacerse un examen en
ayunas, sino es así en las farmacias y laboratorios hacen el examen a bajo
costo. De manera que se pueda detectar a tiempo cualquier anomalía como lo he hecho
yo por curiosidad, puesto que la diabetes es una enfermedad silenciosa. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Enlaces relacionados <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><a href="https://www.diabetes.org/espanol" target="_blank">https://www.diabetes.org/espanol</a><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle"><a href="https://www.fundaciondiabetes.org/" target="_blank">https://www.fundaciondiabetes.org/</a><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Conteo de carbohidratos, índices glucémicos de los
alimentos:<br /></p><p class="MsoNormalCxSpFirst"><a href="https://drive.google.com/file/d/1C5L8BrbPTlsm9SVmT8bhMlycqkW5TaPC/view">https://drive.google.com/file/d/1C5L8BrbPTlsm9SVmT8bhMlycqkW5TaPC/view</a><o:p></o:p></p><p></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-indent: 0cm;"><span style="background: rgb(249, 249, 249);"><a href="https://drive.google.com/file/d/1ZPNYAowf5snhZtASwok3Dj9d79Lwuto3/view">https://drive.google.com/file/d/1ZPNYAowf5snhZtASwok3Dj9d79Lwuto3/view</a></span><span style="background: #F9F9F9;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-indent: 0cm;"><a href="https://drive.google.com/file/d/1m9fpAmv6o5VTyRqfOOmJCiZ1EjJJwLCH/view">https://drive.google.com/file/d/1m9fpAmv6o5VTyRqfOOmJCiZ1EjJJwLCH/view</a><o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-indent: 0cm;"><br /></p><p class="MsoNormalCxSpFirst">
</p><p class="MsoNormalCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-indent: 0cm;"><br /></p><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-23438806507771556442021-12-15T21:12:00.000-05:002021-12-15T21:12:11.428-05:00La inspiración del emprendedor del barrio bravo<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEih9lFfV-PBe_woXq9bLTnElMM-IHUWHcvXm8evFIb1NnNW63kDJohNpfN1UKKBZUx5jiCINhmouQnOnvfdIFeRdXKatwFRvKofD5WWmOWGJ0WdQ3TS_7yTROlj6Fc1qkxrLqxihSCbmIYslE4DlWp6L5buqVWlsa3B92vDTftdX_LUdvSJKspdkXVoyg=s1175" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="539" data-original-width="1175" height="147" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEih9lFfV-PBe_woXq9bLTnElMM-IHUWHcvXm8evFIb1NnNW63kDJohNpfN1UKKBZUx5jiCINhmouQnOnvfdIFeRdXKatwFRvKofD5WWmOWGJ0WdQ3TS_7yTROlj6Fc1qkxrLqxihSCbmIYslE4DlWp6L5buqVWlsa3B92vDTftdX_LUdvSJKspdkXVoyg=s320" width="320" /></a></div><br /><p></p><p align="left" class="MsoNormalCxSpFirst" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">Recibí
una llamada un sábado por la mañana, la referencia era que le habían dado mi
número en mi antiguo empleo, cada cierto tiempo tengo la suerte de recibir
estas referencias por los buenos recuerdos compartidos en trabajos anteriores.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–Quisiera que veas mi planta industrial.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–¿Qué produce allí?<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–Todavía no estoy produciendo, pero quisiera que se fije en los
detalles para poder ponerla en operación. ¿Podría venir hoy?<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–Claro.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–Bien, mi planta queda en el Callao, pero por un tema de seguridad, venga
sin auto, por favor espéreme a las 3 de la tarde en la puerta de Plaza Vea de Sáenz
Peña.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">Acepté ir, y mientras esperaba en la puerta del supermercado me
imaginaba muchas cosas: ¿por qué el tema de la seguridad? ¿No será que en vez
de leche de soya produzca otra cosa? En eso estaba cuando apareció un taxi.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–¡Ey Jorge! ¡Soy yo! ¡Suba rápido!<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">Llegamos al Jr. Loreto, se veía todo tranquilo, aunque al proyectarme
pensé que probablemente tendría dificultades para salir de allí. Paramos frente
a una casa con portón. Al entrar era increíble, había un ambiente de dos pisos
que cubría la zona izquierda del solar que era su hogar donde vivía con su
familia, para el lado derecho estaba la zona industrial, ¡con sala de caldero
incluido! Algo similar tuve la suerte de ver en Santa Cruz, en Bolivia, idea
que me sirvió de inspiración para en menor escala tomar como estilo de vida y
crear una casita productiva.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">Una vez que revisamos toda la planta –todo en excelentes condiciones–
le di unas pautas para el manejo del caldero y la operación para el tratamiento
de aguas de alimentación de éste. Contento y entusiasmado me ofreció tomar unas
cervezas e ir a una degustación gastronómica al Real Felipe con otros amigos de
su universidad.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">Fuimos y me contó su historia:<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">“Estudiaba en la Universidad de Ingeniería y enamorado de una compañera
busqué la manera de poder obtener dinero para las salidas. Con ese problema a
cuestas desperté un día con la idea de organizar cursos complementarios a
nuestros conocimientos, formé un grupo y los cursos tuvieron tanto éxito que el
decano de la facultad me pidió que organice más para generar fondos”.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–No sé qué tiene que ver con la planta de soya –le comenté.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">–¡Tranquilo! Espera un poco y abre otra cerveza –continuó con su historia:<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">“Pasó el tiempo y hasta terminar la universidad organicé cursos
exitosos, después encontré trabajo en una empresa metalmecánica, un día me
encuentro con el exdecano y me pregunta como estoy, le dije que regular nomás
que en la metalmecánica pagan poco y hay que estar metido todo el día”, y el
exdecano me respondió: “tienes que aplicar en tu vida lo que aprendiste en la
universidad”, pero si soy ingeniero metalúrgico estoy aplicando lo aprendido.
“No Corrales, no me refiero a eso, lo tuyo es organizar cursos, ¿qué te parece
cursos sobre minería?” Y así fue como emprendí la organización de cursos y con
lo ganado he ido comprando los equipos para mi fábrica de leche de soya”.<o:p></o:p></p>
<p align="left" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: left; text-indent: 36.0pt;">A partir de ese día siempre tengo novedades de los cursos de minería
muy bien organizados por el emprendedor del barrio bravo.<o:p></o:p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-33228485654098661932021-11-12T01:35:00.002-05:002021-11-12T03:04:11.970-05:00El ocaso del preguntón<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-L8MtR8lMH_Y/YY4LCmdl_6I/AAAAAAABD_k/FZritqNEFOEmOKiIbcoAsv7_-7tZKsIjQCNcBGAsYHQ/s256/pregunton.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="256" height="256" src="https://1.bp.blogspot.com/-L8MtR8lMH_Y/YY4LCmdl_6I/AAAAAAABD_k/FZritqNEFOEmOKiIbcoAsv7_-7tZKsIjQCNcBGAsYHQ/s0/pregunton.jpg" width="256" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst">Eran comienzos de los años setenta y mi padre
estudiaba los últimos años de ingeniería electrónica en la Universidad Nacional
de Ingeniería. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">En la clase había un compañero que se
caracterizaba por atosigar de preguntas a los profesores, al parecer era su
forma de destacar, lo cual molestaba a los demás pues no parecía una honesta
curiosidad o duda sobre los temas tratados sino solo el ánimo de querer lograr
notoriedad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Hubo un día que mi papá llegó tarde a una clase de
Tecnología mecánica y se sentó en la carpeta más cercana para pasar lo más
desapercibido posible, pero para colmo justo llegó junto con el preguntón. “qué
piña, estoy al lado del espesazo este”. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">El profesor mostraba el plano de una máquina en la
cual aparecía un ángulo de 30 grados. En eso a mi papá se le ocurre susurrarle
al preguntón: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Qué raro que nadie le pregunte sobre el plano?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Qué cosa? –preguntó el preguntón.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–No tiene importancia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Dime nomás que yo le pregunto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Los grados, no ha especificado si son Fahrenheit o
Celsius –sin pensarlo dos veces el preguntón se lanzó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Profesor, disculpe no ha especificado si esos
treinta grados son Fahrenheit o Celsius.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¿Cómo? –se sorprendió el profesor –, está
bromista hoy, salga de la clase de inmediato –el preguntón salió cabizbajo, no
sin antes mirar con reproche a mi papá.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">Cuando se encontraron después de clase, el
preguntón le comentó:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Me cagaste.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–Es que tu preguntas hasta por las puras, por si
acaso eran grados sexagesimales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle">–¡Fuera de acá! <o:p></o:p></p><br /><p></p>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4522907148068969752.post-72022083336841914702021-11-07T21:48:00.005-05:002021-11-07T21:48:54.714-05:00El dragón de Lunahuaná<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-T6PKs4Zx6zw/YYiPqiUFUdI/AAAAAAABD9w/ftU5O_7KTFIfAGYqNVBqKqpFfBvogzBNgCNcBGAsYHQ/s407/dragon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="407" height="232" src="https://1.bp.blogspot.com/-T6PKs4Zx6zw/YYiPqiUFUdI/AAAAAAABD9w/ftU5O_7KTFIfAGYqNVBqKqpFfBvogzBNgCNcBGAsYHQ/s320/dragon.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p>El trabajo en la planta industrial era parejo, constante, y también cansado. Por ello la empresa tenía a bien unas tres veces al año darle un relajo al personal con buena comida y un paseo. Era muy democrático, en las reuniones mensuales se proponían los lugares y a veces hasta los menús. Ese año ganó Lunahuaná, aquel hermoso pueblo al sur de Lima, </p><p>Se habilitaron dos buses para trasladarnos, en mi bus iban además de todos los que trabajábamos en planta el gerente de la empresa. Una vez en Lunahuaná nos hicieron los tours respectivos, almorzamos, hicimos algunos juegos y para cerrar visitamos las bodegas vitivinícolas.</p><p>En estas bodegas nos permitieron degustar vino y pisco el cual fue del gusto unánime de las mayorías, los precios eran de productor, mucho menores a los que se encuentran en Lima. De manera que cada uno compró como promedio unas tres botellas entre vinos y piscos.</p><p>Ya de regreso, el chofer puso música cumbia, la cual nos contagió alegría a tal punto que surgió la idea de compartir las botellas adquiridas. Al calor del alcohol se armó un coro y al ritmo de “tic, tic tac, tic, tic, tac es el sonido de mi corazón…” se creó un agradable ambiente con baile, canto y bromas, todo fue divertido hasta que apareció el dragón de Lunahuaná.</p><p>Uno de nuestros más jóvenes compañeros ya sea por el movimiento del bus como por el improvisado baile, se le removió el sistema digestivo al punto de querer desfogarlo por la boca. Su falta de tino lo hizo correr hacia adelante, abrió una de las ventanas sin contar que, por el movimiento del bus y el calor reinante, las demás ventanas estaban abiertas y el aire soplaba con fuerza. Cual dragón el joven abrió la boca y nos quemó con lo que parecía un horripilante fuego que terminó con los festejos. Tuvimos que parar a asearnos en los baños de un peaje, todavía reviento de hilaridad, al ver a nuestro aterrorizado y formal gerente sacar su pañuelo para tratar de limpiarse las “quemaduras” del dragón. ¿Será por eso por lo que habrán quedado prohibidas de allí para adelante el consumo de bebidas alcohólicas en los paseos? Probablemente. </p><p>(imagen extraída de http://www.cuentoscortos.com/cuentos-originales/un-dragon-diferente)</p><div><br /></div>Jorge Ataramahttp://www.blogger.com/profile/03788265349932934367noreply@blogger.com0