Anita y las agujas mágicas


El domingo me propuse ayunar y lo logré. No era la primera vez que le había dado descanso al aparato digestivo, pero esta vez tenía un dolor de espalda solo comparable con las veces que por tragón sufrí alguna diarrea producto de alguna infección estomacal.
Me sentía muy mal, así que me dediqué a dormir y tomar agua con rehidratantes. Por la noche empecé con fiebre. La mente ante el dolor pensaba en alguna infección renal, que nunca me ha pasado, pero mi vecino había estado mal de los riñones la semana pasada, de manera que mi mente inventó - como toda mente- un problema renal.
El lunes comí algo suave: un paquete de galletas de soda con mermelada y de inmediato se declaró la diarrea con fuertes dolores de estómago. Continué con la hidratación y me fui a la acupunturista.
La acupunturista como toda acupunturista -supongo- tiene un sistema de diagnóstico que resulta admirable. Toma el pulso presionando a la vez con tres dedos las muñecas y cual lectura esotérica te dice los sentimientos y emociones que has tenido en la semana, el lugar de los dolores y cuales son los órganos cuya energía está baja. Recuerdo que una vez que me vacuné contra la influenza me dijo: "has estado resfriado" "no -le contesté- pero me vacuné contra la influenza", ella me explicó que era lo mismo pues la vacuna es el virus atenuado. Esta vez después de escuchar mis comentarios sobre mis supuestos males renales me tomó el pulso se sonrió y me dijo:
- ¿te duele aquí?- presionándome parte de la espalda.
- No - contesté.
- Lo que a ti te duele es aquí y aquí- presionando otro lugar de la espalda- y también aquí- presionando el bajo vientre.
- Sí ayayayaya - contesté efusivo y adolorido.
- Pues mira lo que está bajo de energía son tus pulmones, y según la medicina tradicional china comparte la energía con el intestino grueso, por ello el problema diarreico y los dolores.- me quedé boquiabierto- es más, estás bajo de energía por que estás oliendo muchos aromas, estás abusando de tu sentido olfativo.
Me quedé admirado y estupefacto pues ahora me está yendo bien fabricando detergentes, suavizantes, desodorantes textiles, desinfectantes aromáticos, jabones líquidos de tocador y cual sabuezo voy olfateando aromas por supermercados, baños públicos, tiendas de aromas para tener información sobre productos similares y las diferencias con los míos viendo oportunidad de mejorarlos.
Lo sorprendente lo acertada de la tecnología tradicional china y la mejoría notable y rápida con las agujas mágicas de la Dra. Anita mi acupunturista más de mil veces recomendada y admirada. Hoy estoy perfectamente bien de salud.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Granja Humana

El secreto de las cartas inspiradas

El cantante incomprendido