Papá te quiero Mucho
Al llegar a casa después de realizar múltiples actividades fuera, ya de noche, abro con cuidado la puerta a fin de no hacer bulla y despertar a mis amores. Siento unos pasos presurosos que vienen hacia mí. Es Pablo mi hijo que descalzo viene en pijama corriendo y se avienta sobre mi con un abrazo fuerte, colgándose de mi humanidad. El éxtasis de la emoción llega cuando me dice:
- Papá, te quiero mucho...
- Yo también- le contesto acariciándole la cabecita.
Regresa a su cuarto y espera que me de un duchazo para preguntarme:
- ¿Vienes a ver televisión conmigo?
- Si hijo, ahorita voy
Y nos juntamos a reírnos viendo Los Monsters o los Locos Adams, por que tiene la delicadeza de ver junto conmigo los programas de cuando era pequeño.
Llega un momento en que algo cómico ocurre, me río y no hay respuesta por parte de él. Ya se durmió. Entonces le beso la frente y le digo a su subconciente "Te quiero mucho hijo, que Dios te bendiga, ilumine y proteja".
Voy hacia mi habitación, donde yace cansada mi otro gran amor y me pongo a agradecerle a Dios por tan hermosos detalles que ocurren al margen de estrecheces u opulencias económicas. Pero sé perfectamente por experiencia desde el otro lado del personaje que la magia de la imagen "papá bueno" se pierde probablemente con la adolescencia. Pero mientras, disfrutemos estos 9 años de mi hijo y la magia de ser todavía un héroe. Estaré lo más atento posible para que su adolescencia rompa el encanto tan sutilmente que se invierta la figura pero no de héroe a villano sino de héroe a admirador, aunque desde el primer momento que me enteré que tendría un hijo fui su admirador, admirar el misterio de la vida y de Dios, sus múltiples procesos a través de él.
Comentarios
Un abrazo Jorge.
No había visitado tu blog, me falta siempre tiempo pero vendré mas seguido.
Saludos!
:)
Cariños
Un fuerte abrazo!
J
YO TENGO DOS HIJAS QUE AMO CON TODA MI ALMA...SON LA LUZ QUE ILUMINAN MI CAMINO...
BESITOS.
MAR