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Mostrando entradas de agosto, 2007

El Pacto

El abuelo había fallecido y después del entierro un café acompañaba la conversación familiar. - ¿Cómo será el otro mundo? - Preguntó Margarita la hija adolescente. - ¿Si uno tuviera forma de saberlo? Es un total misterio- Comentó Alberto el padre - Familia - dijo Josefina- ¿Por qué no hacemos un pacto? - ¿Un pacto? ¿cómo es eso? - Inusualmente interesada Margarita que casi nunca conconcordaba con las ideas de sus padres. - Pues simple, el primero que muere le muestra a los demás como es el otro mundo. - No es que sea cruel pero es realista hablar con la abuela sobre esto, es más probable que ella pueda hacérnoslo conocer antes. - dijo Alberto. - Pero ¿cómo le decimos? - Ya los escuché - dijo la abuela parada bajo el lindero de la puerta- estoy de acuerdo cuando muera les jalaré las patas. - No seas mala pe abue, no nos des miedo. - No se preocupen no les voy a hacer nada pero veré la forma de enseñarles el más allá, claro si me toca primero, en la vida nunca se sabe. - Bien entonces

Sí, te creo

La niña hablaba sola en su cuarto. Su condición de hija única la hacía que le presten especial atención, era preocupante el hecho que todas las noches la niña de 7 años se ponga a hablar sola con seres desconocidos. - ¿Con quién hablas Sofi ? - Preguntaba la madre. - Con mis amigos sin cabeza. - ¿Amigos sin cabeza? - Si ellos me hablan de los misterios del universo ¿sabias que existen más mundos hermosos llenos de vegetación? - ¿Tu crees? - Si mamá ellos los sin cabeza son muy buenos y quieren llevarme a conocer esos mundos. La llevaron a un psicólogo, éste les explicó que al ser hija única y no tener en casa con quien jugar, su imaginación suplía esta carencia con esos seres sin cabeza. - ¿Cómo son esos seres Sofía? - Preguntó el psicólogo. - No tienen cabeza flotan por el aire y tienen un camisón como el mío. - ¿Lo ve señora? Su imaginación los crea y los crea casi casi como ella es, hasta cierto punto es normal, no es como para preocuparse, poco a poco irán desapareciendo, solamen

La Tía Micaela

Eran mis épocas escolares, cuarto de secundaria, año 1983, recuerdo que hacía un trabajo para el curso de literatura haciendo un resumen de la novela "Tierra Embrujada" del autor piurano Francisco Vegas Seminario, en aquella época el tener computadoras personales era sueño inalcanzable, por ello se utilizaba la máquina de escribir. La casa de mis abuelos piuranos contaba con un comedor de diario adjunto a la cocina, por ello mientras mi abuela preparaba el segundo desayuno de la mañana que consistía en un café negrísimo acompañado de pescado frito con pan, avanzaba mi asignación matizándola de rato en rato con la conversación con mi abuela Fausta. El tema era uno solo: la tía Micaela a quien le llamamos de cariño "tía Mica". Hablábamos que ella era un símbolo de integración pues no se sabía a ciencia cierta si era piurana o ecuatoriana, pues cuando habían elecciones ya sea en Perú o en Ecuador ella -que contaba con ambos documentos de sufragio- participaba en ambas