Autodestructivos

En este mundo donde las comunicaciones han desarrollado un flujo descomunal de información somos periódicamente atacados por cursos, libros y escuelas que nos tratan de decir las novedosas formas de hacer las cosas. De lo que se trata es de un simple negocio que consiste en jugar con la incertidumbre propia de la vida y desarrollarte el miedo a que si no estás al día en el conocimiento pronto tu muerte es segura. Esto sin duda alguna causa estrés el cual no te permite pensar y construir tu propio criterio pero si seguir criterios externos y a los señores vendedores de cursos, libros y sistemas nuevos producirles ganancia. Te hacen creer que la sobrevivencia depende del que estés al día en lo último. La información cambia mucho es verdad, aún más con el internet y su velocidad de cambio es tremenda, nunca se ha dado -al menos eso es lo que creemos- en el mundo algo semejante. Pero si leemos estos grandes supuestos cambios vemos que no son tan así. Al parecer se empecinan tratando de cambiarnos los nombres de las cosas y nos muestran ejemplos de gente de éxito pero al fin y al cabo el espíritu humano cambia muy poco, es más, su esencia autodestructiva se mantiene y como evidencia son los siglos de siglos en que el mundo no ha tenido un minuto entero, sólo un minuto de paz. Y el mayor acceso a la información a hecho que estos desencuentros sean más notorios y la velocidad de las guerras es ahora mayor. Si te pones a leer por internet las opiniones de uno y de otro bando pronto tomarás partido. Ahora el hervidero con tanta información esta también en la mente. Josep Rosanas en su libro "Cómo destrozar su empresa y creerse maravilloso" nos da 10 pautas o consejos de una manera irónica sobre como sentirse maravilloso y ser autodestructivo, trata de desenmascarar estas trampas de mantenerse al día creando una avalancha de cambios bruscos que nos llevan a la autodestrucción. Al fin de cuentas hay que andar con cuidado con tanta información y de todo lo que se nos ofrece análogamente como un paraiso lleno de frutos saber escoger lo maduro, de lo verde y de lo podrido. Hasta ahora -esperemos que esto cambie- estos conocimientos no han servido para implantar o inocular la paz como bandera mundial. Lo mejor es usar el ingenio y el sentido común, buscar el justo medio para no morir ahogado en esta avalancha de información o terminar quebrado de tanto gastar en estar al día, sin mayor real que lo supuestamente aprendido y con la seguridad que la experiencia de la vida y la sabiduría no es un bien que se pueda comprar ni vender en los mercados.
Jorge Atarama Sandoval

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